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«La Coneja» es abandonado por la federación a su triste suerte

PARTES INTERESADAS

BAILE Y COCHINO.-

Por Horacio Cárdenas.-

CONEJILLA5

La noticia causó desconcierto entre todos aquellos que alguna vez han trabajado para el gobierno federal, o para el caso, para los gobiernos estatales y municipales, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ampliamente conocida por todos por su rapaz persecución de hasta el último centavo que pueda recaudar, pedir prestado, extraer de las piedras, de repente soltó que no, en el caso de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, y la acusación que se le sigue por haber presuntamente desviado 250 millones de pesos a la campaña del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura del estado de Chihuahua en el año 2016, ellos no tienen nada que ver, ni son la parte ofendida, ni tienen carácter de víctima, y si es posible, que no los vuelvan a molestar porque están ocupados con el cierre de la administración.

Ni siquiera porque estamos en las últimas semanas del celebérrimo Año de Hidalgo, de especial conmemoración para el gobierno emanado del PRI, porque no hay previsión de cuando este grupúsculo político pueda volver a hacerse de la presidencia de la República, bajo el mismo o nuevo membrete, con los mismos u otros colores, pues quedó demostrado que la banderita mexicana, banderita tricolor, ya no jala los votos de los ignorantes, como alguna vez se supone que lo hacía. Pues sí, en pleno año de Hidalgo, en el que centavo que caiga en las afiladas garras hacendarias, se trate de un préstamo de diez mil millones de dólares, se trate de las migajas que para algunos son los citados doscientos cincuenta millones de pesos del caso Gutiérrez, son buenos para la causa, que no es otra que hacer más voluminoso lo que Cesar El Tlacuache Garizurieta definía como el único seguro contra el desempleo que se le viene a los políticos al terminárseles el sexenio, como nunca antes el enriquecimiento inexplicable queda plenamente explicado, o quedaría, porque como dijimos, según oficio número 529-V-DGD-FD-874-2018, girado por de parte de Flavio Carlos Valadez, director general de Delitos Financieros y de Diversos de la Procuraduría General de la República, la lana perdida no es federal, en todo caso es de Chihuahua, y allá el gobierno de Javier Corral Jurado, el pueblo chihuahuense, si quiere corretear a la liebre que se lo chispó, y a los políticos que le agarraron la pata, que según reza el refrán popular, son igual de pecadores, si no es que más, pues caen en la clasificación de autores intelectuales.

Decíamos al principio de lo que es desde siempre el comportamiento sabido de la Secretaría de Hacienda, pelean cada centavo, y no vamos a hablar de entes privados u organizaciones, sino de las otras entidades gubernamentales, del nivel que sea. Recurso que no se gasta, es la consigna, hay que reintegrarlo a la Tesorería de la Federación, bueno eso es desde siempre, pero de un par de años para acá, era peor, dinero que se presupuestaba para determinado mes del año y no se aplicaba, va para atrás, nada de reprogramaciones, nada de solicitudes de transferencia, nada. No importaba si eran poderosos gobiernos estatales, empresas productivas del estado, un peso no gastado era uno que se tenía que regresar para que fuera Hacienda, o todavía más arriba, su mismísimo patrón el presidente, quien decidiera a qué rubro se destinaba, o si se hacía perdidizo, depende de las necesidades del momento, del momento futuro, o de lo que sea, que después de todo, lo que ocurre dentro de Los Pinos solo lo saben ellos.

 

Casi que la descripción de lo recién ocurrido no tiene palabras en el lenguaje decente, muchas en el indecente, comenzando con tragar camote y terminando con morderse en blanda sea la parte… pero tampoco vamos a decir que es novedad, y aquí en Coahuila tenemos el más clásico de los ejemplos, precisamente porque son muy pocos.

Recordemos el caso de Javier Hernández, uno que fue secretario de Finanzas del gobierno del Estado, de quien el propio exgobernador Humberto Moreira Valdés reconoció años después que había sido un error su designación en ese puesto.

Pues bien, de Javier Hernández hubo un decomiso de algunos, pocos, muchos, dependiendo del punto de vista de cada quien, suficientes para hacer una fortuna de tres o cuatro corruptos pero poco para abonar a la megadeuda, por parte del gobierno de los Estados Unidos. En el momento en que ocurrió el aseguramiento, muy al principio del sexenio pasado, le tocó a uno que era entonces secretario general de gobierno, Armando Luna Canales, salir a decir que no, esos millones de dólares, no eran del gobierno de Coahuila, no habían sido extraídos de las arcas gubernamentales, no había desvío que presumir o comprobar.

Cabe recordar que los tiempos eran álgidos, Coahuila estaba en quiebra, en una situación financiera desesperada, que los millones de Hernández, suponiendo que el gobierno estadounidense los hubiera soltado con solo pedirlos, hubiera significado un cierto alivio, pues ni así: no son nuestros, no los queremos, no vamos a mover un dedo para reclamarlos ni recuperarlos.

Tuvieron que moverse los panistas, ya ni me acuerdo si Guillermo Anaya o quien, para proponer en el senado una iniciativa de ley para pedir su devolución, pero como los del PRI eran mayoría entonces, pues no pasó, lo mismo con la denuncia ante la PGR por el desfalco al erario coahuilense, no ocurrió nada.

De veras que es sorprendente, eso de las partes interesadas, que se hacen las que no son partes interesadas. Todavía está por verse lo que ocurre con La Coneja y su archienemigo Javier Corral, hombre, si Hacienda y la PGR dicen que no es lana federal, hay de dos sopas, una que nunca hubo dinero, que no se desvió, que no llegó al PRI, casi que no hubo elección, no hubo nada de nada, la otra es que sí, que el dinero es de Chihuahua como aceptan las dependencias federales, y entonces sí, Alejandro Gutiérrez corre el riesgo de jamás en la vida volver a ver el sol, no de su nativo Saltillo, sino de ninguna parte que no tenga rejas de por medio.

Ya con la autorización y reconocimiento para proceder en su contra, le van a dejar caer no solo el peso de la ley, sino el reconcomio por las jugarretas que ha intentado, la venganza contra él y contra el PRI, todo. Pobre Alejandro, él que se sentía con una pata de conejo fuera del penal, es más, fuera de Chihuahua, y ¡chopas! Sale Hacienda que a ellos ni los esculquen… ahora sí, háganse garras, orden de la federación, que ya abandonó a su incondicional Coneja a su triste suerte.

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