Por: Alfredo Reyes Ramos.-
Evaluando la gestión de gobierno en algunos municipios de la entidad, aquí vamos a hacer una comparación de lo que son dos casos reales de administración municipal: el progreso productivo de Saltillo y el desastre administrativo en Parras, dos municipios vecinos de nuestra entidad con los extremos opuestos en la calidad de su gobierno local.
Digno de reconocimiento es el caso de Saltillo, donde existe una verdadera gestión de Estado por parte del Alcalde Manolo Jiménez Salinas y su equipo de trabajo que exitosamente concluye en este mes su gestión de un año de gobierno y que, para bien de Saltillo, ha sido reelecto para tres años más.
Y este año de progreso para Saltillo implicó mucho esfuerzo e innovación para cumplir con las metas establecidas.
Y no vamos a citar aquí el asunto de los servicios municipales que la administración de Manolo ha cumplido a cabalidad, sino que es importante citar la inversión privada, la apertura de empresas, la generación de empleos y el desarrollo económico en general.
Y es que el tema económico es fundamental en el desarrollo sustentable de cualquier comunidad, asunto en el que Saltillo ha sido reconocido por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER), por tener el mejor sistema de apertura rápida de empresas de todo el país, lo que ha facilitado la llegada de nuevas inversiones a este municipio.
El reconocimiento fue entregado a Manolo por el Comisionado de la CONAMER, Emilio Gutiérrez Caballero, que ha evaluado a Saltillo como el más ágil promotor de la inversión privada y, por lo tanto, en el fomento al círculo virtuoso de la inversión, producción, empleo, ingreso, consumo, crecimiento y el desarrollo económico.
Y resulta encomiable que un alcalde lo entienda así y se aplique en esa dinámica de progreso productivo porque el caso contrario lo tenemos en Parras, donde este mes concluye un régimen corrupto de nueve años del PVEM en el poder y donde el retroceso económico, político, social y hasta ecológico, fue el circulo vicioso de la administración municipal.
Y como un ejemplo que ningún municipio de México debe seguir, citamos lo dicho a este columnista por el director general de una empresa trasnacional que, de manera confidencial, nos expresó lo siguiente:
“En dos ocasiones solicitamos audiencia con el entonces Alcalde de Parras, Jorge Dávila Peña, por el interés de nuestra empresa para instalar un planta industrial en esa ciudad. Dos citas concertadas y el alcalde en las dos ocasiones nos dejó plantados, por lo que decidimos acudir al municipio de Saltillo donde nos dieron todas las facilidades de apertura y donde finalmente instalamos una planta que ha generado 800 empleos”.
El actual alcalde Evaristo Madero Marcos, que para desgracia de Parras termina en este mes su gobierno catastróficio, financió una huelga que acabó con el cierre de una gran empresa textil, “Fábrica La Estrella”. Totalmente contrario a que hoy sucede en Saltillo, donde opera el mejor Sistema de Apertura Rápida de Empresas de todo México. Dos visiones. Dos extremos. El desastre administrativo y el progreso productivo. Enhorabuena para Saltillo.
De haber existido una buena gestión de gobierno en Parras, durante el nefasto régimen del PVEM que en este mes termina, principalmente en el rubro económico y la atracción de inversiones y empleos, hoy muchos trabajadores de Parras no tendrían que viajar diariamente a laborar a Saltillo, Derramadero y Ramos Arizpe, arriesgando su salud y su vida. Su diario sacrificio es culpa del nefasto gobierno de Evaristo-Coco-Evaristo, nueve años de abuso, raterías, vicio, basura, oscuridad, negligencia, saqueo y abandono. Pobre Parras.
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