BAILE Y COCHINO.-

Por Horacio Cárdenas.-
En alguna de las tantas giras internacionales que le encantaba realizar a Vicente Fox Quesada, cuando era presidente de México, lanzó aquella frase, que lo ha trascendido: el presidente propone, y el Congreso es el que dispone.
Si Andrés Manuel López Obrador cree que es el presidente que más críticas ha recibido de parte de la prensa, desde Francisco I. Madero, como lo ha dicho en varias ocasiones, es que no gusta de recordar cómo le iba a Fox cada vez que soltaba una de sus frasecitas, lo mínimo que se decía del entonces presidente es que debería asegurarse de tener conectado el cerebro con la lengua antes de comenzar a hablar, y de allí para abajo, expresiones folclóricas que deleitaban a sus seguidores, y que llenaban de piedritas el hígado de sus críticos y de los amantes del protocolo estricto que había sido costumbre de los mandatarios mexicanos hasta antes de su llegada. Y es que para Fox sus frases no pasaban de ser gracejadas con las que congraciarse con su auditorio del momento, en tanto que analistas, críticos, periodistas lo que deseaban de su parte eran indicios del rumbo que seguiría la nación bajo su mando.
Si no recordamos mal, lo de la frasecita de que el presidente propone y el congreso dispone, la soltó andando por España o por Inglaterra, y es que con ese estilo desenfadado que siempre mostró durante su gobierno, nomás envió a la Cámara de Diputados la que en aquellos tiempos todavía se conocía como la Miscelánea Fiscal, una particularmente criticada por sus contenidos, y se subió al avión, todavía había aviones presidenciales, para dejar que, literalmente se hicieran garras.
El mensaje lanzado desde el otro lado del Atlántico tuvo la virtud de alborotar más, si se puede, los ánimos caldeados que privaban en la Cámara, de una parte una oposición desatada contra lo que calificaban de desatinos en la Ley de Ingresos y en el Presupuesto de Egresos de la Federación, y del otro lado los diputados panistas, que sentían que los habían dejado solos en la defensa de lo indefendible. El presidente paseándose del brazo de su Martita por los palacios europeos, y acá el país cayéndose en pedazos. Al final le enmendaron la plana y gacho, y no faltó quién le enviara el mensaje de que, si no hubiera andado faroleando, a lo mejor no le hubiera ido tan mal.
Lo cierto es que en este país existe una larga tradición, más bien un vicio, de cuidar poco las formas a la hora de integrar el proyecto de presupuesto de egresos de la Federación, que se envía al congreso con su contraparte, el proyecto de ley de ingresos. La lógica es muy elemental, en el presupuesto está lo que el gobierno quiere gastar en el ejercicio siguiente, esto en función de sus planes y programas de trabajo, y en la ley está planteado de dónde sacará el gobierno el dinero para financiar aquel, es muy elemental en su conceptualización, pero lo que es su integración partida por partida… eso es un trabajo titánico, que muy pocos presidentes y muy pocos secretarios de Hacienda se han ocupado de emprender.
Sexenios van y sexenios vienen, y sea que es la misma gente la que integra el presupuesto, o que los que llegan a sustituirlos de plano no quieran entrarle al descomunal trabajo, el caso es que por años el proyecto de presupuesto ha sido copia del del año precedente. Quede claro, las cifras se actualizan, algunas, que corresponden a los proyectos consentidos del presidente, que hay que financiar a como dé lugar. También están los rubros que contemplan aumentos indexados a la inflación, entre ellos lo tocante a las remuneraciones, sin olvidar el más abultado de todos, el del pago de los compromisos financieros, la amortización de la deuda y los intereses que genera, ¿lo demás?, lo que importa poco o nada, y aquí incluya lo que usted guste, desde cultura hasta artes, investigación científica, indigenismo, y treinta etcéteras, para eso por lo general se hace el típico “copy paste”, copiar y pegar, hasta con los errores del año pasado, lo que implica así de entrada una reducción en el presupuesto por el puro efecto de la inflación, lo que significa que después de varios años de no actualizarse, las partidas correspondientes se conservan solo nominalmente y en cuanto a gasto, cada vez es menos.
Aun en este sexenio, en el que se supone que todo sería nuevo, cuidadosamente apegado a las promesas, planes y programas de la Cuarta Transformación, gran parte del presupuesto de egresos se ha seguido integrando a la manera tradicional, y otra ha apelado a actitudes y vicios novedosos, es el caso del rubro de comunicaciones y transportes, donde al parecer, a los estados a los que se les asignó dinero un año, al siguiente se les deja en ceros, como Coahuila recibió algo de dinero, nada para brincar de júbilo el año 2020, para el 2021, no se programó un centavo, esa clase de detallitos.
Y bueno, recordamos que en el año 2018, recién instalado Andrés Manuel López Obrador en la presidencia, envió su miscelánea fiscal al Congreso, con la instrucción a los diputados de MORENA y los aliados que no había traicionado todavía, de que “no le cambiaran ni una coma”. Sí, pero al rato brincaron los rectores de las universidades, y lo que se les había recortado se les devolvió, después fueron los campesinos a los que se había dejado sin apoyos, y también, y así varios grupos de interés, con lo que quedó de manifiesto que los diputados no iban a cambiarle nada, que de eso se encargaría el propio presidente.
Pongamos que a Andrés Manuel lo chamaquearon hace dos años, pero en este tiempo ha afilado mucho el colmillo, y por eso es que el presupuesto salió como salió, más conservador y neoliberal que los de Salinas, Zedillo o Calderón. Recortes por todos lados, áreas que deja completamente sin financiamiento, duro, nada del humanismo y la bondad que dice que tiene la 4T.
Es así como llega a la Cámara de Diputados, donde por sectores representados en comisiones, por bancadas estatales, se agarrarán de la greña para reconfigurar el presupuesto al gusto presidencial, a algo en el que, como siempre ha sucedido, haya para todos, aunque sea un poquito, pero que nadie pueda quejarse de que lo dejaron sin recursos para trabajar. Han sido estas, semanas de angustia, de reclamos, de pleitos, como si no nos acordáramos que las cosas han sido así desde siempre, no sabemos si con la intención del gobierno de darle juego a la cámara, a la que le encanta el papel de corregir al presidente, de suavizar la dureza de la secretaría de Hacienda.
Ya estaremos viendo si MORENA sigue con su instrucción de no cambiar ni una coma, y si la oposición tiene la habilidad como para convencer a aquellos que hay recortes que simplemente no se pueden dar, so pena de crear conflictos sociales graves. En el proyecto de presupuesto 2021 Coahuila pierde mil quinientos millones de pesos, vamos a ver cuánto de eso pueden recuperar sus diputados, se han dado caso de que lo ganado supera los recortes propuestos, ya veremos qué logran, qué no, y porqué.
Deja un comentario