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¿Y con esa cachaza quiere ser candidato?

BAILE Y COCHINO…

Por Horacio Cárdenas Zardoni.-

México es un país que ha vivido desde siempre entrampado en el surrealismo. No que veamos fantasmas, espíritus o espectros donde no los hay, o si los hay, que convivamos con ellos como si se tratara de la cosa más natural del mundo, sino en que en este país es costumbre que las cosas que se hacen sean diametralmente opuestas a las cosas que se dicen.

Por lo menos en otros países, un poco más sensatos, saben para qué es, y utilizan el lenguaje para lo que se supone que sirve, para comunicarnos, en cambio en México pareciera que se da el fenómeno contrario, el lenguaje sirve para desinformar, para decirle a la población que lo que percibe a través de sus sentidos, lo que intuye o sabe por haberlo investigado y averiguado, es falso, que la verdad es muy otra.

A lo mejor nadie lo había puesto en estos términos, pero el más grande ejemplo del México surrealista no lo dio ningún literato ni ningún artista plástico, de los que tenemos auténticamente magistrales, sino que lo ofreció quien fuera sempiterno, valga la contradicción pero de eso estamos hablando, líder de la Confederación de Trabajadores de México, cuando la CTM era la CTM, Fidel Velázquez Sánchez, en ocasión que alguna reportera le reclamara haberse desdicho de una declaración hecha la semana anterior, con esa asertividad que da a los reporteros tener “los pelos de la burra en la mano”, la colega le espetó al líder “está grabado”, refiriéndose a lo que había dicho y ahora contradecía, a lo que Fidel, sin perder la compostura ni por un momento, le respondió “las grabadoras mienten”…

¿qué se le puede contestar a alguien que dice eso, que las grabadoras mienten?, no estamos hablando del momento actual, en que gracias a las tecnologías computacionales se puede manipular lo que sea, imágenes, audios, videos, de manera de hacerlos pasar por verdaderos, solo un muy minucioso examen por parte de expertos, es capaz de encontrar lo que para el gran público es imposible de distinguir. Por eso México es tan sui generis, no necesitamos investigación ni desarrollo, mucho menos alta tecnología, con un simple negar las cosas, las cosas no son.

En un país en el que todos los días nos machacan los políticos que se acabó la corrupción, que el gobierno tiene y aplica un programa que se llama Cero Impunidad, que vivimos en un estado de derecho… resulta inconcebible que en los rankings internacionales, que como sabemos, los hay para todo, nuestra nación aparezca vergonzosamente como una de las más corruptas del planeta, con niveles de impunidad que efectivamente rondan el cero… porque no se castiga a casi nadie, la mayoría de los delitos quedan con un porcentaje superior al 95, y bueno, lo del estado de derecho, para empezar deberíamos saber qué es lo que se debe o puede entender por eso, ya que la aplicación de la ley es prácticamente letra muerta, no en balde se nos ha calificado como “un estado fallido”, se ha dicho que el 35% del territorio está en poder del crimen organizado y el narcotráfico, cifra de miedo a la que se suman municipios casi cada semana, sitios en los que la gobernabilidad se perdió a sangre y fuego, sangre de la población, pues el gobierno poco interviene en impedir este estado de cosas.

En ese país es en el que uno de los aspirantes a la nominación de un partido político, que dijo que nunca iba a ser partido quedándose en movimiento, pero que para variar, cambió de opinión, recibe la instrucción clara y precisa, la conminación de la autoridad electoral para retirar en un plazo perentorio de tres días cualquiera y toda propaganda a su favor, y que lo hace… para reponerla casi inmediatamente, o sin el casi.

Nos estamos refiriendo a Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, quien se desempeña como subsecretario de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, quien por solo detentar ese cargo dentro de ese organismo debería ser considerado el principal soporte y garante de la ley ¿de cuál ley?, de todas las leyes, principalmente las del fuero federal, pero no exclusivamente, también las de los estados federados.

Por si fuera poco, dentro de sus difusas funciones en el aparato gubernamental federal, Ricardo Mejía Berdeja es el encargado de reportar el cumplimiento cotidiano del programa Cero Impunidad.

¿Cómo compagina, un ejemplo cualquiera, el de los dos sacerdotes jesuitas asesinados hace más de tres meses en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, con, no digamos las funciones, el mero nombre del programa que tanto presume él como el presidente Andrés Manuel López Obrador?, allí está un caso en el que no se ha detenido ni sometido a proceso al delincuente, ya con eso la impunidad cero no es cero, y podríamos nombrar docenas de casos, de a uno por masacre, de las que se dan un día sí y el siguiente también el cualquier parte del país.

Pero esa es la chamba, en la que se puede mostrar omiso, y sin que nadie lo llame a cuentas, lo regañe, nada. Está lo otro, el compromiso con la ley, con las leyes, refiriéndonos a su actitud primero como persona, como ciudadano y ya luego como jurista, porque ostenta un título de abogado, y luego como legislador que ha sido en dos o más ocasiones. ¿Cómo un abogado se aviene a violar la ley, cómo un diputado que votó para aprobar una ley, la viola?

O no, no estrictamente, la obedece retirando los espectaculares y publicidad en internet, para violarla de inmediato al sustituirla con otra, es como su ya se hubiera cansado de las fotos que tapizaban las vialidades de las principales ciudades del estado, y aprovechando para burlarse de las disposiciones del consejo del Instituto Electoral de Coahuila, pone otros.

El otro amonestado, porque ahorita estamos en ese nivel, el de amonestación, todavía no de sanción, Guillermo Anaya, ese sí, quitó todo y mejor decidió guardar un perfil más bajo, sabe que no tiene ningún caso picarle la cresta al IEC, pero no Mejía, a él, como a todo el gobierno al que pertenece, la ley está allí para brincársela, sacarle la vuelta, ignorarla y burlarse de ella.

Cada vez que se le pregunta al respecto sale con que hay una campaña en su contra, pues sí, una campaña de la ley, lo demás que pudiera haber, es lo de menos, y con esa cachaza quiere llegar a ser candidato y luego gobernador, pasando sobre lo que sea que le estorbe o incomode.

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