ESPEJO CÓNCAVO
Por Roberto Adrián Morales.-
Lo que son las cosas, dos de los aspirantes a gobernar Coahuila se encuentran en la cuerda floja debido a sus acciones: uno por hacer actos adelantados de campaña por hacer uso de publicidad en panorámicos y redes sociales y el otro por incurrir en violaciones a la ley electoral de Coahuila.
Si se aplica con estricto rigor la ley, las candidaturas de Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, por el PT, y de Armando Guadiana, por Morena estarían prácticamente eliminadas y no llegarían al registro de candidatos pues tanto el Instituto Electoral de Coahuila como el Instituto Nacional Electoral tienen leyes más que claras para aquellos que deciden echar en carrera antes del disparo de salida.
A menos que recurran a la frasecilla del Presidente López Obrador de “no me vengan con que la ley es la ley”, y manden al carajo a las instituciones, podrán insistir en anotarse para las campañas por el Partido del Trabajo y Movimiento de Regeneración Nacional.
Mientras, los otrora “amigos” se reparten cubetazos, golpes de conejo, zancadillas y cachetadas por donde quiera y se lanzan acusaciones de todo lo imaginable, y hasta lo inimaginable: unos son ladrones, otros narcotraficantes y así, se tratan de saqueadores, corruptos, sinvergüenzas, explotadores, mandilones, renegados, poco hombres y mil linduras más.
Tan solo en las últimas horas, el precandidato morenista, Armando Guadiana se ha ufanado y declaró durante sus actividades proselitistas, que no tardan en bajar a quien de la noche a la mañana se convirtió en su principal contrincante al no ponerse de acuerdo en el “reparto del pastel” pues, según las malas lenguas, Mejía quería gobernar La Laguna además de quedarse con la Secretaría de Finanzas y otras dependencias del gobierno estatal. Guadiana rechazó tales “peticiones”, se terminó el diálogo y empezaron los cocolazos.
Los “morenistas” se enfrascaron en una lucha sin tregua y permitieron que el abanderado de la alianza PRI, PAN, PARM, Manolo Jiménez les ganara mucho terreno y ya en plena carrera por la gubernatura, lleva más ventaja que el correcaminos al coyote. Cosa semejante sucede con el precandidato de la alianza Unidad Democrática de Coahuila-Partido Verde Ecologista de México, Evaristo Lenin Pérez quien ha sabido aprovechar la coyuntura para allegarse de seguidores. O lo que es lo mismo, “A río revuelto… ganancia de pescadores”.
Por otro lado, Mejía aún cree que es el abanderado de las causas populares, que el pueblo lo llamó para pelear por la gubernatura, pero la verdad es que el único pueblo que trae a su lado y arrastra a todos los eventos que realiza es el que controla la organización Antorcha Campesina. No hay evento en el que no se vean las mismas caras, los mismos gestos, las mismas porras y hasta las mismas banderas.
También, el petista piensa que el que muy pronto se irá de las campañas es Guadiana quien trae una enfermedad “grave” atravesada, por un lado, y por el otro se deberá enfrentar en tribunales a las leyes del IEC pues desde el pasado 13 de enero realiza actividades como mítines, pega de calcas, anuncios espectaculares y demás, violando con ello el artículo 169 del Código Electoral de Coahuila que a la letra dice: “Cuando dentro de los procesos a que se refiere este artículo exista una sola precandidata o precandidato registrada o registrado, no podrá realizar actos de precampaña, en ninguna modalidad y bajo ningún concepto.
El partido de que se trate conservará y ejercerá sus derechos de acceso a radio y televisión, difundiendo mensajes genéricos en los que no podrá hacer mención, en forma alguna a la precandidatura única. La violación a lo anterior será sancionada en los términos de este Código”.
Y eso es exactamente lo que está realizando Guadiana.
En fin, si se aplica la ley en estricta manera, tal y como rezan sus artículos, los dos peleoneros terminarán noqueados al mismo tiempo, pues ambos han violado las reglas para la participación electoral. ¡Y que no salgan con que la ley es la ley!
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