BAILE Y COCHINO…
Por Horacio Cárdenas Zardoni
¡Se fue la luz!, ¿Otra vez?

Mire qué novedad, si uno vive en una ciudad más o menos grande, sí, se va la luz como promedio un par de veces al mes. Si vive en la capital del estado, la luz se va con menos frecuencia aun, allá de vez en cuando, y por lo general asociado a algún fenómeno meteorológico, una tormenta, una granizada, un ventarrón, o más debido a la impericia para manejar, a algún accidente automovilístico, que deja sin energía a una zona que puede ir de lo muy pequeño a media población.
Cuando esto ocurre, con todas las incomodidades que acarrea, sabe uno que las cuadrillas de la Comisión Federal de Electricidad se pondrán a trabajar a la brevedad, siendo lo más común que el incidente quede resuelto relativamente pronto, aun en las veces en las que se llevaron de encuentro un poste que haya que sustituir, luego de perforar el concreto y todo lo que amerita un trabajo de este tipo.
Ah pero si usted vive en una ciudad pequeña, o peor, en un ejido, que no se vaya la luz porque no hay poder humano capaz de prever con certeza en qué momento quedará arreglado el problema, problema que además hay que decirlo con todas sus letras, se repite con una frecuencia pasmosa, al grado que casi está esperando uno que suceda, y viviendo sorprendidos de que no hayamos amanecido sin el servicio correspondiente, porque de veras, hasta costumbre se hace que abre uno el ojo, y buscando el apagador se topa con que nomás no enciende lo que debería de encender al accionarlo.
Lo normal es que la gente se queje ¿dónde?, pues directamente al teléfono que está a disposición en la Comisión Federal de Electricidad, si es que tiene la suerte de que le contesten, que no es siempre. Y bueno, una vez que le contesten, que no le salgan con la contestación de cajón: sí, ya está reportado el incidente, ya salió una cuadrilla para allá para atenderlo. A veces es uno el primero en reportar, allí sí le piden pelos y señales, de dónde está, y qué es lo que pasó, le pueden preguntar si oyó un ruido fuerte o saltar chispas de algún transformador, lo que no será especial novedad, y ya con esos elementos programan el arribo de la cuadrilla, que como puede ser rápido, puede dilatarse bastante.
La semana pasada la gente de plano se cansó. Fue por allá en el ejido San Rafael de los Milagros, en el municipio de Parras de la Fuente, quienes luego de dos semanas de que se fue la luz, y que no nadie les había hecho caso, se decidieron a tomar la carretera federal 40, la que en los planos oficiales va de Mazatlán a Matamoros, con la intención de exigir de las autoridades la atención a su demanda, que por las buenas, nomás no les responden.
¿Qué pasó?, pues lo de rigor, que de inmediato se movilizó la gerencia de la CFE para ir a hablar con los inconformes, al tiempo que se mandaba ahora sí a la cuadrilla a atender el problema que motivó la manifestación. En apariencia todo quedó en santa paz, hasta la próxima ocasión, claro está.
Lo ideal es que no hubiera problemas, ni apagones, ni sobrecargas, que el servicio estuviera sin ningún incidente las 24 horas del día los 365 días del año, pero esto es poco menos que imposible. Así que la segunda opción es que en el momento en que se presenten las fallas, estas sean atendidas con carácter de emergencia, pensando en la afectación que se hace a los usuarios, en su trabajo, en su vida cotidiana, en su alimentación y su salud, a como está la sociedad actual, buena parte de nuestras conveniencias dependen de la electricidad, y su falta se traduce en un perjuicio económico. Solo imagínese lo que significó dos semanas sin energía, toda la comida que se les echó a perder, todo lo que no se pudo hacer por no haber luz, hasta que desesperados se fueron a la carretera, dándose a conocer para todos los que ni sabían que existía un ejido llamado San Rafael de los Milagros.
la pregunta es ¿cómo llegamos a esto?, que sería hacer un recuento de todo lo hecho mal o a medias, que no viene al caso, y una mucho más pertinente ¿qué hacemos para remediar este estado de cosas?, y aquí sí algo se puede hacer.
Según notas aparecidas en la misma semana de la toma de la carretera por los ejidatarios, en el estado de Coahuila hay alrededor de veinticinco proyectos de autogeneración que están detenidos por falta de permisos del gobierno federal, esto en lo local, y que a nivel federal el número de proyectos detenidos alcanza los dos mil, nos damos cuenta de que el problema no es el problema que nos imaginamos, sino el gobierno que no da entrada a las posibles soluciones.
Alguna vez vimos un análisis de cómo con tres proyectos del tamaño del parque solar que está en Matamoros, se cubriría la demanda de la totalidad de la población del estado de Coahuila. De ese tamaño son algunos de los proyectos de energías limpias en nuestro país, a cargo de particulares, porque el gobierno carece de recursos, y también de interés por solventar la demanda futura de energía, y ni siquiera la demanda presente.
¿Sería demasiado pensar que alguno de esos 25 proyectos que aprovechan la energía del sol o la fuerza del viento, pudiera resolver de una vez por todas el asunto de la falta de electricidad en Parras, y lo citamos para continuar con el ejemplo que tomamos desde el principio, que además constituye un caso aislado, tanto de problema como de solución?
Se nos ocurre que sí, lo de Parras es grave, son comunes los llamados de la gente quejándose de falta de energía, que pudieran atenderse en corto con un proyecto no demasiado grande ni particularmente ambicioso de autogeneración.
Hasta donde hemos sabido, a las calladas el gobierno ha revertido su negativa a permitir la participación privada en proyectos de energía. Tanto que luchó contra ellos, tanto que atacó a los empresarios y desvirtuó su trabajo, para al final, querer pactar con ellos, pero en lo oscurito. ¿Qué no sería lo más sencillo, lo más honesto, abrirse de capa y decir: a ver los que todavía estén interesados en generar energía, aquí están los permisos, los contratos y las garantías de que no los van a perjudicar con una expropiación o cosa igual de fea.
Pero claro, esto sería aceptar su error, y no están dispuestos a ello, así que la solución, de llegar, lo hará a cuentagotas, así que por lo pronto, a seguir gritando majaderías cada vez que se nos va la luz.
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