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Dinero para muchos

NOTICIAS DIVERSAS

Por Héctor Barragán.-

(Foto de Forbes México)

Poco antes de la pandemia que tantos daños causara junto a secuelas menos mortíferas y tantas actitudes positivas enseñara al mundo entero, es decir a gobiernos, instituciones e individuos en lo particular, se conoció un proyecto favorable al medio ambiente, a las finanzas públicas y a buena parte de los mexicanos.

Es lamentable sin embargo que no se haya difundido ampliamente, y ha prácticamente desaparecido hasta hoy, sin dejar los beneficios que seguramente hubiera traído.

Se trataba de interesar a particulares con elevadas cuentas de diversos niveles económicos en relación a su consumo de energía eléctrica. Esto porque se sustentaría en la producción de energía limpia, probablemente celdas solares o alguna otra más conveniente.

El ofrecimiento es tentador en tanto los gastos en energía podrían reducirse aproximadamente a la mitad, con lo cual se financiará la contribución por domicilio en alrededor de 6 meses.

La generación domiciliaria de fluido se supone que excedería de manera importante la cifra del consumo, monto que se abonaría en la cuenta del consumidor.

El ofrecimiento propuesto respecto a la inversión particular necesaria, resultaría accesible a muchas personas, pero en caso contrario, podría conseguirse un crédito sin intereses.

Tal proyecto apuntalaría las finanzas relativamente endebles de la Comisión Federal de Electricidad y al programa nacional de aumento en la producción y consumo de diversos productos no contaminantes.

Un atractivo adicional que no mencionaron es el de la posibilidad de que se sustituyera el gas doméstico por cuyo consumo se pagan cuantiosas facturas, combustible que, aunque es menos contaminante que el gasoil, significa una proporción elevada y creciente entre los gastos de los hogares.

De modo tal que se abriría la posibilidad a corto plazo para la fabricación de estufas a base de energía eléctrica y se podrían eliminar los calentadores a gas, tan peligrosos y caros en su operación.

Esas instalaciones domiciliarias se podrían utilizar fácilmente para dar energía a los modernos automóviles que dejarán de consumir combustibles de origen fósil, gasolina o Diesel.

Un asunto pendiente sería que se dejaran de producir tantos automóviles para uso individual, que contribuyen de modo tan importante al problema de la contaminación, siempre que se mejore el sistema de transportación colectiva, a base de organización, puntualidad y atención, frecuencia y demás (como pericia, responsabilidad operativa y tantos otros factores que conocen en abundancia los transportistas y negociantes del ramo)

Que hay poco tiempo para la instrumentación de una campaña suficientemente amplia para aplicarla totalmente o en mayoría, es verdad, pero la bondad del proyecto y sus múltiples repercusiones favorables, que posiblemente se podría llevar a efecto hasta su terminación en el próximo sexenio federal.

Respecto a créditos sin intereses se podría promover entre algunos empresarios, aunque sería más sencillo recurrir a las pensiones y afores, que lamentablemente se utilizan para emergencias y con intereses, algo inmoral, por cierto, pero muy socorrido por prestamistas.

Es probable que se haya de aprovechar cuanto avance se tuvo hace más de dos años en el asunto, sobre la cuestión contractual, administrativa, legal, para comenzar con toda la celeridad que una cuestión tan importante representa.

Hace muchos años una empresa telefónica, Teléfonos de México, empresa particular, seguramente siguiendo el modelo de la norteamericana International Telephone and Telegraph, obligaba a su cliente a comprar acciones de la empresa como requisito para autorizar el contrato y prestarle el servicio.

Lamentablemente sucedía que alrededor de las oficinas había compradores de esos documentos que representaban un certificado de participación en la propiedad de la compañía, por una fracción de su valor de emisión, lo que le habían costado por el certificado.

De tal manera que Teléfonos de México nunca tuvo la concurrencia de los millones de propietarios que lo son de la I.P. y la compañía tenía que atender más que a sus usuarios, a sus pocos accionistas reales. Durante muchos años fue TelMex pagando a sus buscadores de acciones. ¿Y hoy de quien es la empresa?

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