Discrepancia
Escribe: Eduardo Sarabia
Luego de que el PAN abandonó momentáneamente el Pacto por México el presidente Enrique Peña Nieto, mostró tal nerviosismo al suspender sus actividades y ordenar de inmediato al Secretario de Gobernación que restableciera el diálogo, que dejó ver que su fortaleza no es tan real como presume.
Y es que la salida del Partido Acción Nacional, se dio casualmente cuando se comenzaba a revisar la Reforma Financiera, que en muchos aspectos no les conviene a los ricos protegidos por el albiazul.
Pero también ocurrió a raíz del escándalo que se desató en Veracruz, donde gobierna el priísta Javier Duarte, quien usó los recursos federales de la Cruzada contra el Hambre, de la Secretaría de Desarrollo Social para apoyar las campañas políticas veracru-zanas, cuestión que brincó hasta Rosa-rio Robles Berlanga, titular de la men-cionada dependencia, a quien presun-tamente el Congreso de la Unión le instruirá juicio político por el desvío de recursos. Quienes descubrieron el asunto, saben igual que la mayoría de los mexicanos, que eso es igual que inventar el hilo negro, porque todos los gobiernos, de la filiación y nivel político que quieran, usan dinero público para apoyar a sus candidatos, el PAN mismo lo sabe, al igual que el PRD, porque lo mismo está sucediendo en las entidades que gobiernan.
Lo criticable es la torpeza y prepotencia de Javier Duarte, a quien ya le habían descubierto el envío de 25 millones de pesos en efectivo, para no sé qué extraño asunto, que después se corrigió diciendo que era para un festival, como si no hubiera bancos para hacer transferencias, o cheques para realizar pagos. Y además tiene pendientes por lo menos 9 muertes de periodistas, y agresiones a otros más, que se le atribuyen directamente, ya que eso parece ser su deporte favorito.
Lo cierto es que Javier Darte, además de ser una piedra en el zapato para Enrique Peña Nieto, ya le provocó trastornos serios en su gobierno, le retrasó el acuerdo para la Reforma Financiera, esa que pretende aplicarnos el IVA en medicinas y alimentos, para combatir la pobreza, cosa que no entiendo, porque quieren hacernos más pobres, para luego ayudarnos a dejar de serlo (¿¡¡!!?)
Pero más que nada Javier Duarte, provocó que se derrumbara la imagen que se estaba construyendo del PRI, como un partido nuevo, sin tretas, transparente, que juega limpio y ahora gracias al veracruzano, las cosas regresaron al principio.
Y volviendo a Rosario Robles, la ex perredista y ex jefa de gobierno, quedó mal parada ante el Congreso de la Unión y lo que es peor, bajo la lupa y será difícil que vuelva a meter las manos de esa manera, al menos no de manera descarada y eso al fin de cuentas pone en desventaja al partido en el poder.
En cuanto a la famosa Reforma Financiera, la verdad es que pretenden servir solo a los grandes empresarios para que inviertan en México, a un costo social sumamente grave.
Por un lado la Reforma Laboral, servirá para que las empresas contraten esclavos a costos irrisorios, con los que no van a tener mayores complicaciones, porque no harán derechos, ni tendrán compromisos importantes que cumplir con ellos y serán solo una mercancía tan igual que el papel sanitario que se usa y se tira.
Pero además las empresas extranjeras tendrán un paraíso fiscal, en el que “por hacernos el favor” de venir a invertir tendrán exenciones de impuestos, podrán eludirlos gracias a las mismas disposiciones legales, y evadirlos gracias a sus operaciones fraudulentas.
Y con la aplicación del Impuesto al Valor Agregado a medicinas y alimentos el gobierno federal pretende financiar la administración pública que es una pesada carga para el país, la idea, dicen los que nos quieren “envarillar”, es recaudar miles de millones de pesos para luego repartirlos en acciones contra el hambre y la miseria.
Pero no entiendo como tratan de hacernos más miserables para luego venir divinamente en nuestro apoyo. ¿No sería mejor que no nos ayudara el compadre Peña Nieto? Porque jodidos así como estamos le podemos seguir, ¿pero más cómo?
Ahora según dicen los economistas, de cada peso que se aplica al desarrollo social y al combate a la pobreza, se destinan 40 centavos a la burocracia que los administra, entonces ahí es donde está el peine, se trata de que engordemos más a los que no trabajan.
Pero bueno cambiando de tema, el que de plano se aventó al ruedo al margen de la ley, es Isidro López Villarreal, quien trae camionetas por toda la ciudad exhibiendo su imagen como el honorable hombre de familia que quiere proyectar.
Aquí el IEPCC se hace como el tío Lolo, y no sanciona estas actitudes aunque otros candidatos como el Diablito de las Fuentes se aguantan las ganas de salir a hacer grilla, para no violentar la ley.
Y quien hizo el oso una vez más fue el procurador Homero Ramos Gloria, quien ni tardo ni perezoso, declaró que el foto reportero de Vanguardia y su amigo, estaban ligados a un grupo de la delincuencia organizada, cosas que obligó al propio gobernador Rubén Moreira, a salir a corregir tal afirmación.
Lo que sucede es que para no investigar a cualquier muerto se le carga eso de que era de la delincuencia organizada y pues ya con la conciencia tranquila, no hay necesidad de investigar.
¿Pero en dónde queda la Constitución General de la República, que sin ir muy lejos, en el artículo primero establece las garantías y los derechos humanos que tenemos tooooodos, no nada más unos?
O sea, que la autoridad tiene la obligación de investigar las muertes de toda la gente que sea ejecutada violentamente, sin que cuente el hecho de que son o no son delincuentes.
Lo malo es que en el caso del foto reportero no les funcionó el truquito y tendrán que seguir investigando para dar una explicación convincente a la sociedad, sobre todo eso de que la delegada de la procuraduría sabía santo y seña del doble homicidio ¡¡¡antes de que ocurriera y en donde los iban a dejar!!!
Por lo pronto ya quedó claro que todos los reporteros, fotógrafos, camarógrafos y demás trabajadores de los medios de comunicación tenemos las mismas posibilidades de ser muertos y que después se diga simplemente que somos delincuentes.
Y en otros temas, después de las desafortunadas declaraciones del Tío Lucas, o sea, José Luis Dávila Flores, delegado del Seguro Social, a quien nadie le hace caso, ni siquiera Penélope, en el sentido de que todos los trabajadores afiliados somos una bola de panzones, borrachos y drogadictos y por eso le causamos muchas molestias a “su” instituto, cosa que indignó a los empresarios que abandonaron la reunión que sostenían con él.
No hubo mayores reacciones ni de los empresarios ni de los líderes obreros, tal vez será porque consideran que el Tío Lucas ya está chocheando, o porque es una pérdida de tiempo tratar de corregir el rumbo del Seguro Social, en donde por una lana puede adelantar una operación, o realizarla ahí aunque no sea asegurado, o conseguir medicina, de esa que misteriosamente escasea. Eso pasa cuando no hay directores ni delegados en el IMSS.
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