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Las grandes mentiras nos hacen felices

La política en este país es un arte. Es esculpir mentiras sobre el más duro mármol, situándolas al alcance de todos los ojos, exponiéndose como obras artísticas que envidiarían los más connotados escultores habidos y por haber. Ni Miguel Ángel pudo crear obra tan genial que llevará a la gente a pensar que, detrás de ésta, existe la felicidad, la satisfacción y la tranquilidad económica.
Enrique Peña es un hacedor de política. Por lo menos sus principales colaboradores lo son y así lo han demostrado al esculpir esa estatua, de mentira sobre mentira, que ha insertado en el pueblo la creencia absurda de que, un día cualquiera, el menos esperado, despertará escuchando en las noticias de la radio, de la Televisión o de los medios impresos, que la energía eléctrica y las gasolinas son más baratas que antes o menos caras que ayer.
Las reformas energéticas que envió Peña —su Gabinete— al Poder Legislativo -en donde fueron aprobadas quitándole un punto por ahí, una coma por allá- no representan más que la entrega del poco recurso material de este país a los ambiciosos inversionistas extranjeros, o más bien dicho, a los contados dueños del poder económico que están dispuestos a «invertir» para saquear y exprimir la tierra, asesinarla, como han hecho los petroleros a lo largo de la historia.
En Coahuila, hemos escuchado mil alabanzas destinadas a engrandecer esas reformas criminales. Se dijo hasta el hartazgo que este estado, tan rico y tan pobre, alcanzará a ser más grande que la deuda que heredaron el profesor Humberto Moreira y Jorge López Torres, al menos eso dicen los spots «ingeniosos» de los encargados de la imagen del gobernador Rubén Moreira. Nada más ese slogan les faltó para hacerle ver a la gente que «Coahuila es más grande que la maldita megadeuda».
Pero olvidándonos de la grandeza del estado, que no es asunto al que me refiero en esta ocasión, y retomando la política de las mentiras, impresiona, sencillamente impresiona, que en base a las reformas energéticas, educativas y no sé que otras flautas cervantinas, Coahuila recorrerá los caminos montado en silla de oro.
Nada más para abrir boca nos regalarán cien mil nuevos empleos. Nada más falta conseguir a esos cien mil pares de manos que vendrán a trabajar a Coahuila, porque, de acuerdo con el último censo económico, el índice poblacional no es tan alto como parece y menos podremos acercarle tanto esclavo, digno de ser explotado, a las empresas trasnacionales que vendrán a arrebatarle sus tierras a los ejidatarios del norte de Coahuila.
Perdón, no se trata de quitárselas, estoy en un error, se trata de «tomarlas prestadas», una temporadita, nada más, para luego devolverla a sus legítimos dueños, campesinos y ganaderos de la región, totalmente destrozadas, exprimidas, ahogadas en químicos y desperdicios, sin la posibilidad de rescate, tal y como sucede con grandes extensiones de tierra en Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Oaxaca, donde sentó sus reales Petróleos Mexicanos y en donde la tierra se transformó en un basurero de residuos negros.
Ahora sucede que bajo el subsuelo de Coahuila hay petróleo, hay gas shale, hay… ¿hay agua?
Por esa razón algunos políticos vivillos, entre los que se cuentan algunos funcionarios de la actual administración de los que pronto conoceremos sus nombres porque se han convertido en importantes inversionistas de terrenos ejidales. Igual que la avanzada??? del expresidente Carlos Salinas de Gortari, representada en un exgobernador de la entidad, listos para rentar o invertir en la explotación de un producto natural que ya saben dónde se encuentra, porque hace más de veinte años se hicieron las exploraciones respectivas con cargo a Pemex, que tendrá que cargar con los costos de esa investigación. Todo esto está cimentado en mentiras. Ficciones maquinadas para engañar al grueso de la población y enriquecer a unos cuantos. Total, el pueblo no puede ser ya más pobre, no puede alimentarse peor de lo que ya lo hace. Por eso es tan fácil esclavizarlo y permitir que unos cuantos listos e ingeniosos «empresarios» los utilicen como mulas de rueda, total, nada más para eso sirven.
Claro que no serán cien mil los «beneficiados» con la esclavitud ejecutada por extranjeros ávidos de enriquecerse en México, sino unos cuantos cientos de hombres que tendrán sus salario mínimo, porque las empresas traerán a sus propios ingenieros, a sus investigadores y a su equipo profesional. La mano de obra barata estará en Coahuila y, además, como no la hay tanta como la que se requerirá, sin contar que en esa parte de Coahuila los habitantes son mitad gringos, mitad paisanos, habrá necesidad de acarrear gente miserable de otros estados para cubrir las necesidades del negocio, tal y como lo hicieron los López del Bosque cuando los obreros no querían laborar en sus empresas porque los salarios eran más que raquíticos.
Hoy la fiebre del petróleo y del gas natural se asemeja a la búsqueda de oro en el viejo oeste, con la diferencia que Petróleos Mexicanos, en sus estudios de suelo ya sabe dónde se encuentran los yacimientos de hidrocarburos en todo el norte de Coahuila y será asunto de accionar la explotación y ganar dinero.
No nos engañemos, no permitamos que siga la farsa. Las reformas están hechas con mentiras, son mentiras los beneficios que tendrá Coahuila, no hay ganancias mas que para unos cuantos y esclavitud y desgracia para muchos.
En fin, así nos gusta vivir. Nos gusta soñar. Paladear el engaño de los políticos. Saborearlo. Ilusionarnos con la idea de que algún día, aunque no sea muy pronto, escucharemos hablar de la reducción de tarifas eléctricas, del bajo costo de los combustibles, del gas, las gasolinas y el diesel, que permitirán abaratar los productos alimenticios porque su traslado de los lugares de producción a los de consumo será más económico.
Qué bonito es soñar. Soñar con las mentiras de los políticos, porque al fin de cuentas es bueno vivir de ilusiones, dormir con la esperanza de días y años de bonanza por llegar.
¿Cómo no aplaudir a nuestros políticos?


Escribe: Roberto Adrián Morales

(roberto.adrianmorales@gmail.com)

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