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Oficiosa defensa que ofende a mexicanos

Los altos mandos militares de México.
Los altos mandos militares de México.

Eso de que; menos recomendaciones demandando respeto a los derechos humanos, indica que la CNDH hace bien su trabajo, es un argumento falaz que ofende a la inteligencia de los mexicanos y de pasadita, cubre de impunidad funcionarios que deben ser encarcelados, entre ellos militares de alto rango.
Con todo respeto, el Sr. Presidente, Enrique Peña Nieto, debe asesorarse mejor para no hablar con tanta superficialidad de un tema delicado que tiene trascendencia internacional por su impacto en la sociedad y los convenios internacionales que el gobierno de México ha firmado y ratificado para garantizar precisamente los derechos humanos.
Mal se ve que ante expertos que asisten al Congreso Internacional y la XIX Asamblea General Ordinaria de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO), el jefe del ejecutivo asuma la impostura como defensor de Raúl Plascencia Villanueva titular de la CNDH que en opinión de organismos internacionales no hace con probidad ni transparencia su trabajo.
La incongruencia del defensor de oficio, del “defensor” de los derechos humanos es más escandalosa porque se hace cuando dirigentes de organismos no gubernamentales nacionales, demandan juicio político en contra del mismo Raúl Plascencia Villanueva en la Cámara de Diputados, que ya dio entrada a la solicitud para enjuiciarlo.
Es necesario no perder de vista que líderes de opinión no alineados con la oligarquía gobernante, sospechen que EPN, esté secuestrado por el ejército y los poderes fácticos financieros que lo ayudaron a empotrarse en la silla presidencia. Esa sospecha es grave y muy peligrosa.
Militares de aferran
a la impunidad criminal
Más allá del desenlace que tenga el juicio contra tres soldados por la supuesta ejecución extrajudicial de 22 personas en Tlatlaya estado de México, los mexicanos lamentamos que los altos mandos militares sigan aferrados a la impunidad sistemática que impide llevarlos a la cárcel. El asunto reviste mayor gravedad porque “la justicia” militar sólo acusa a las tropas de desobediencia, cuando la desobediencia no es el punto, porque los presuntos delitos son ejecuciones extrajudiciales en masa, que recae ineludiblemente en evidentes asesinatos y violación a los derechos humanos.
Además, el hecho que los altos mandos de la burocracia militar no den muestras de someterse al estado de derecho, choca de frente con la promoción internacional que el Sr. Presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha para fortalecer la imagen de su gobierno en el orbe. Esa rebeldía anticonstitucional de los militares, abre una fisura en la estructuras del poder de la figura presidencial.
Recordemos que el ejército mexicano es una de las fuerzas militares con peor imagen mundial en materia de derechos humanos según los principales organismos internacionales en la materia que han documentado profesionalmente el negro historial de los militares mexicanos.
Al mismo tiempo, luego de que las recientes reformas de estado limitaron el fuero militar en materia de justicia, el caso de Tlatlaya, enfrenta los intocables mandos militares con el Procurador General de Justicia Jesús Murillo Karam. Ambas instituciones dependen del Ejecutivo Federal, lo que complica las cosas para llegar a fondo y castigar no sólo a las tropas, sino también a oficiales en la cadena mando castrense.
El tema tiene dimensiones extraordinarias, porque la burocracia militarizada es el principal soporte del poder presidencial.
Altares con santidad inútil
En Madrid, miles de personas asistieron a una misa multitudinaria al aire libre, donde el cardenal Angelo Amato comenzó el proceso de beatificación a favor de Álvaro del Portillo, quien sucedió al fundador del Opus Dei Josemaría Escrivá de Balaguer como líder de esa organización. Si el fanatismo religioso no fuera promotor de tanta injusticia mi comentario no tendría sentido ni justificación. Pero es tiempo de arrancar las máscaras a esos que lucran a costillas de la ignorancia de las masas humanas haciendo y vendiendo santos en todo el mundo.
En México por ejemplo, se canonizó a San Juan Diego y el primer milagro manifestado es que su imagen ya santificada, se parece mucho más al rostro de Hernán Cortes, que al humilde indígena que según la tradición católica platicó con la Virgen María.
Por lo que hace a la Opus Dei, su fundador Josemaría Escrivá de Balaguer, no tiene nada de santidad que presumir. Es el inspirador “espiritual” del mexicano Marcial Maciel, cuyo negro expediente está lleno de las más viles corruptelas, y es harto conocido porque ser la papa caliente, del Papa Francisco.
Para conocer, aunque sea por encimita, lo que es la Opus Dei, basta leer el libro; “LA SANTA MAFIA”. En internet lo encuentran sin necesidad de milagros ni nada del cielo. Este libro. que jamás es recomendando por los “maestros” de literatura, habla sobre el reclutamiento de jóvenes tontos ricos. De pasadita se vale conocer “CAMINO” catecismo instructor del mismo Josemaría Escrivá de Balaguer, donde entre otras cosas, dice que el matrimonio es para los de a pie. Es decir, para los ignorantes y pendejos, no para los llamados a la santidad. Por eso es necesario conocer la verdad, para ser libres de los falsos redentores. Hasta pronto…

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