Los Informes, una obligación

El ritual de cada año es una costumbre aldeana, de la que cada ciudadano mexicano se pregunta ¿qué ganamos con escuchar al Presidente de la republica, al senador, diputado, gobernador, o presidente municipal decirnos los que hizo o gasto? ¡Nada!
De pronto el tren constitucional e institucional se convierte en aplanadora republicana y en pos de estos rasgos, los que logran montarse en esta locomotora dan cuentas en su mayoría oscuras, sin sustento de lo que hicieron o inclusive lo que pretenden hacer, la opacidad impera en los informes y cuando un representante del pueblo se apodera de la tribuna no hay lugar para debatir, mucho menos para distraer.
El pueblo aun es acarreado como manso ganado a los mentados informes, algunos por interés màs político que por el orden social, otros por dinero, pocos para comprobar con lo que se dice, se gasta y se hace.
El día que el pueblo despierte, que los ciudadanos piensen un poquito, será cuando se le exige a los determinados gobiernos que no es un ritual dar informes y mucho menos que aun a estas alturas del juego crean o piensen que son los gobernadores, presidentes municipales, senadores o otros personajes de la farándula política los que llevan a cabo esas obras o eventos, que tanto caca-raquean, cuando es una obligación ya que con la lana del pueblo es con la que llevan a cabo, aunado los altos sueldos de algunos que perciben es un deber hacer obras.
El dinero es del pueblo, ellos, los diferentes funcionarios, desde el Presidente de la República hasta el más bajo puesto de servidores públicos tienen la obligación de llevar a cabo eventos, obras y servicios y eso de dar informes sale sobrando.
En un a país como el nuestro en donde los rumores pueden más que la verdad, la cultura de la simulación ha dominado en esta ya muy frágil democracia, por aquello de que ya movieron el panal y ahora solo les queda torear las avispas y de todos los males económicos, sociales, educativos, políticos, empleos se concentran en un sólo rasgo llamado injusticia y con los mentados informes, muchos funcionarios al rendir su informe anual creen que ya esta resuelto todo.
Cuando se llevan a cabo obras en algún municipio, estado o en la republica salen sobrando los informes y el pueblo esta contento, sin embargo el país no esta para celebrar nada, los moños negros inundan todos los espacios y desde hace muchos, muchos años los puentes de la clase social estan quebrados, nadie que no sea de la Casta Divina puede pasar, el pueblo no ve una, la gente bonita y bien vestida es la que ocurre a los mentados informes y son tambien participe en estas pantomimas y obras bufas son los delfines, jilgueros y bufones, del fundamentalismo de la información como protagonista de esta comparsa, esta según parece que el pueblo añora aquellos feudos y señores de horca y cuchillo y con masoquismo ocurre a los informes, en paradas hitlerianas y faraonicas en pleno siglo XX1, para escuchar notas aclaratorias y aplaudir con jubilo goliardesco que enlaza perfectamente a todos los informes.