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Historia negra de las obras públicas

NOTICIAS.
Desde la capital del cristianismo, del catolicismo, para ser más ser más precisos, llegó hace unos meses un importante consejo o recomendación.
Los obispos radicados en Ciudad del Vaticano enviaron un mensaje a los feligreses, con la recomendación de que se evite la discriminación hacia los homosexuales.
carretereaEllo forma parte del consejo del maestro Jesús de que se debe amar al prójimo como a uno mismo, sin distinciones de sexo, religión, raza, color de piel. Lo cual incluye necesariamente a los pobres, los ignorantes, los inteligentes o limitados física o mentalmente.
De manera que la recomendación referida queda corta respecto a la orden recibida, de que se suprima la discriminación y el desprecio que persiste para todo prójimo en desventaja, en desgracia, hacia los cuales se manifiesta una actitud inhumana, terrible y crónica, de quien se sienten y ostentan en condiciones superiores.
Entonces, el mensaje de los honorables obispos peca de cortedad en cuanto a que recomienda el amor al prójimo de solamente uno de los grupos humanos, el que por cierto, ha sido condenado desde antiguo por el resto de la humanidad, aunque una parte de ella presente limitaciones similares a la mencionada y alguna o varias de las enunciadas posteriormente.
Pero para lo cual será preciso que los receptores del mensaje hagan lo posible y un poco más, para perfeccionar en su conducta social, en su comportamiento hacia sus semejantes, lo que redundará en la mejoría de las relaciones entre individuos y por supuesto entre países.
Comentario atrasado, es cierto, pero lamentablemente vigente desde hace milenios se recuerda que dijo el maestro que venía a hablar a los enfermos y no a los justos, por lo que convivió con los proscritos y por ello se le criticó.
SABIOS CONSEJOS.
Sin duda que son prudentes y sesudos, los consejos que los Consejeros de Administración imparten, como que ordinariamente los imparten los dueños de las empresas y compañías que los seleccionan, son los accionistas mayoritarios.
Pero en esta ocasión la referencia a los Consejos de Administración y sus integrantes, es porque se trata de grandes figuras de la política, de la administración y de las grandes empresas del país que a diferencia de sus nombramientos previos, ahora forman parte de empresas supuestamente propiedad de todo el pueblo.
Fueron llamados a formar parte de la petrolera estatal Pemex y las Comisión Federal de Electricidad.
No se discute de manera alguna su personalidad, ni su calificación, que es muy elevada por razones de la eficiencia conseguida en sus actividades previstas.
Si acaso se les critica es porque algunos de ellos son clientes importantes de esas empresas importantes y podrían encontrar la manera de beneficiar sus particulares intereses empresariales, pero eso supondría que algo le pudiera faltar a alguien en materia de ética, de probidad, de desconocimiento de la esencia del servicio público al que se les ha invitado. Claro que esta observación es un juicio aventurado, posiblemente temerario, por lo cual se anticipan las disculpas.
Lo anterior en cuanto a su nombramiento, del que dieron cuenta oportuna los diarios y noticieros electrónicos, lo actual es que ha transcurrido suficiente tiempo para conocer los resultados, el que no aparecen actividades de simplificación de la plantilla laboral para aumentar la producción, ningún programa de financiamiento de los mexicanos para esas empresas estratégicas de manera que puedan financiar los planes de actualización tecnológica de producción… es decir que los combustibles siguen aumentando de precio y los supuestos subsidios en las cuentas de electricidad siguen elevados.
El comentario de la financiación de mexicanos a esas empresas es por el afán de que continúen en poder del país, para garantizar que atenderán con preferencia a los connacionales y se regirá conforme a sus intereses; a que se sanearán sus economías liberándolas de compromisos financieros onerosos, a que se abstendrán de exportar matrerías primas y de importaciones no indispensables.
Pero el parecer es que esos honorables consejeros de cuello blanco e indiscutible mérito no han emitido sus opiniones o no han sido tomados en consideración, cualesquiera de las posibilidades resulta criticable, dado que seguramente su desempeño en los nombramientos tan envidiables no debe ser gratuita, aunque, fuera de lo que ordena la ley, bien podría ser honoraria.
Desde otro ángulo de apreciación, los robos de combustible a Pemex persisten a niveles elevados, como que superan los 17 mil millones de pesos, según se reconoce, pero podría ser mayor dado que no disponen todavía de registros suficientes para medirlos ni determinar donde ocurren para impedirlos o suspenderlos con prontitud.
Los robos de electricidad también son considerables y en tantos casos se realizan con la complicidad de empleados de la empresa.
Se rumora que la compra de energía electica que efectúa la CFE son contratadas a un precio superior al razonable y pasa a ser negocio para las empresas que se autorizó a producir el fluido y vender sus excedentes, algo para investigar y por supuesto corregir en caso de resultar cierto.
LA HISTORIA NEGRA DE LAS OBRAS PUBLICAS.
No hace demasiadas décadas las grandes obras públicas las llevaban a efecto las dependencias Federales, las carreteras la Secretaría de Obras Públicas, carreteras de jurisdicción federal, interestatales, en cooperación con los gobiernos locales y las vecinales, mismas que ahora efectúan particulares bajo concesión y muchas de ellas para cobrar cuotas a los usuarios, a diferencia de las anteriores, en su gran mayoría gratuitas; las presas la Secretaría de Recursos Hidráulicos con sus diversos nombres y atribuciones diversas y variadas.
Los trabajos eran supervisados por especialistas de las Secretarías y eran sumamente estrictos en cuanto a especificaciones y calidad, lo mismo que sobre los realizados por contratistas si la dependencia encargaba no podía realizarlos. Resultaba familiar ver repetir trabajos y enmendar errores detectados por los técnicos.
Bajo la consigna de ceder funciones a particulares, dejaron de construir las Secretarías y Dependencias y se sujetaron a concurso; en un principio seguían estipulando características y especificaciones, pero posteriormente se contrataron con particulares.
Pero el proceso que se complicó con tanta intervención propició la corrupción, naciendo las dádivas, compras de preferencia desde los concursos, licitaciones.
Por supuesto que las dádivas, para llamarlas suavemente se presentan desde los anticipos, posiblemente cuando se designa al triunfador en la licitación y en cada una de las administraciones, sin descontar el finiquito y la entrega de la obra, así como la devolución o cancelación de la fianza, al concluir el plazo de protección de esa garantía.
Previamente se estipularon los precios unitarios, con la idea de garantizar que los trabajos resulten lo más baratos posibles, pero respetando las especificaciones de materiales, calidad y demás seguridades necesarias en la obra.
Pero con tantos castigos en el camino, sucede que burlando o comprando la conciencia de los supervisores, dichas especificaciones disminuyen, los materiales igualmente, rediciendo la seguridad y resistencia de la obra.
El contratista seguramente recibe entonces el valor de sus materiales, desgaste de equipos y honorarios personales y salarios de sus trabajadores, pero los funcionarios y empleados una compensación no ganada por el trabajo ya pagado por su entidad y complemente no ganado, en tanto el usuario tendrá una obra encarecida y pobre, muy por encima de su costo real.

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