LA QUIMERA DE PEP.-
Escribe: José Luis Cuevas.-
En semanas recientes distintas notas periodísticas han inundado al mundo de las comunicaciones de novedades vinculadas a hechos violentos.
En Barcelona, por mencionar uno de los casos que azotaron Europa recientemente, un grupo de jóvenes planificaron un atentado en contra de la población. Una noche antes de llevarse a cabo fallaron los cálculos y estallaron los explosivos que almacenaban en una casa, dejándola destruida y levantando sospechas.
Apenas unas horas después una furgoneta se internaba en el paseo peatonal de las Ramblas, atropellando a cuanto peatón tuvo la desgracia de encontrarse en su camino. Un hecho que si citamos las palabras de algún alcalde, quizá también le llamaría “fortuito”… lamentablemente. Se calculan 15 muertos y más de un centenar de heridos, cifra que ha incrementado al paso de los días. El conductor de la camioneta, según avanzan las investigaciones, tuvo que detener la marcha debido a que entraron en operaciones la bolsas de aire, a consecuencias de los impactos, lo que no le permitió seguir avanzando en su ruta de la muerte, pero sí le permitió crear confusión y escapar a través de un mercado para perderse unas calles después, en las que robó un automóvil y sumó una víctima más.
Las hipótesis al respecto van incrementando y cambiando según avanzan las investigaciones de este hecho lamentable que se adjudica el Estado islámico. Uno más de los que se ha atribuido en los últimos años esta nueva modalidad del terrorismo, sumados a los de Francia, Inglaterra y Bélgica, además de las miles de víctimas en medio oriente. Todos ellos atentados en contra la ciudadanía, siendo los civiles los más afectados. Sobre el caso del corazón catalán, las investigaciones apuntan que el objetivo era una catástrofe aún mayor que la suscitada.
También hace apenas unos días, en Charlottesville, EEUU, una persona falleció y 19 resultaron heridas este al ser embestidas por un automóvil cuando protestaban en contra de una marcha de ultranacionalistas. Hechos que el presidente americano suavizó. Un atentado en contra de la población.
Pero también en nuestra ciudad siguen presentándose hechos delictivos vinculados a las pandillas, los cuales no son menores, lamentablemente también se han presentado casos por bombas caseras y armas de fuego. De acuerdo a las investigaciones del periódico Vanguardia, se contabilizan 333 agrupaciones, siendo 27 de ellas consideradas de altamente peligrosas. Con grescas que han involucrado a terceros, aunque haya quienes afirmen que no han afectado a la comunidad en general… habrá que ver que se entiende por comunidad entonces. Si los vecinos huyen, si los comercios cierran, si los patrullajes se tienen que incrementar, si la estrategia necesita ser más precisa, si el programa ‘tirando barrio’ es suficiente…
Para resolver un problema es necesario reconocerlo como tal. No se trata de ver quien pone más víctimas o quienes es capaz de amedrentar más. No hay medios para justificar la barbarie de unos y otros. La política de tirios contra troyanos nos acaba por erosionar como sociedad.
Los tres casos mencionados, no obstante las distancias entre las ciudades, atentan contra la paz, y eso, ya por sí solo, es reprobable. Como dice un historiador, detrás de todos los crímenes de odio hay una generalización.
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