Escribe: Alfredo Reyes Ramos.-
Son muchos los casos de políticos ladrones que han saqueado a sus entidades de competencia y postrado a sus habitantes en la miseria, el hambre y la muerte debido al robo de los recursos públicos, bandidos que ahora viven en la impunidad, con sus riquezas depositadas en paraísos fiscales mientras en las entidades que saquearon la gente vive con todas las penurias que vienen aparejadas con la miseria causada por tanta corrupción.
Y podrá ser una desproporción el hecho de que este columnista desconocido proponga la creación de un tribunal internacional que persiga a los políticos ladrones, un problema de orden mundial si tomamos en cuenta la gran cantidad de seres humanos afectados por la rapiña oficial, y al hecho indubitable de que el robo de los recursos del pueblo trae aparejadas consecuencias nefastas que pudieran ser tipificadas, acorde al Estatuto de Roma, como delitos de lesa humanidad.
Y es que cuando los políticos se roban el erario, despojan a las clases más desprotegidas de alimentos y medicinas, entre otras cosas, lo que prácticamente es condenar a los más pobres a un lento, insano y hambriento extermino, o sea, un crimen intencional contra una multitud de seres humanos..
¿No es acaso por la miseria que se han multiplicado los suicidios en Coahuila y todo el país? Asimismo podemos afirmar que el desfalco causado por los políticos ratas es causa de esclavitud (delito de lesa humanidad), porque la marginación es causa de la prostitución, de la esclavitud sexual, la trata de personas, el tráfico de las mismas, especialmente de mujeres y niños, los que más sufren este tipo de esclavitud.
Asimismo, la corrupción es causa de migración, del traslado y la deportación forzada de personas que la miseria obligó a cruzar fronteras en busca de alimentos, trabajo y un porvenir que ha sido cancelado por los políticos ladrones.
Cierto es que la Corte Penal Internacional sirve para juzgar los crímenes de lesa humanidad, pero es necesario un tribunal internacional con un fiscal adscrito que persiga crímenes económicos cometidos por los malos gobernantes, porque el Estatuto de Roma también estipula que son actos inhumanos similares (a los delitos de lesa humanidad) los grandes sufrimientos a causa la corrupción.
Y en verdad que necesitamos el auxilio de una instancia internacional que persiga la corrupción, problema pernicioso que no hemos podido controlar desde la llegada de los españoles hasta nuestros días, en que las elites políticas siguen capturando las rentas de las mayorías en su propio beneficio, aunado a que la justicia en todo México es un desastre total, tanto así, que la UNAM, INACIPE y CIDE acaban de publicar un estudio donde concluyen que nuestro País afronta una crisis en el Estado de derecho sin precedentes, estudio realizado poco antes de la debacle de estos días, en que vivimos en un México sin fiscales (o con fiscales a modo como en Coahuila), pues actualmente no tenemos titular en la PGR, ni Fiscal General, ni fiscal en la FEPADE, pese a la corrupción, la impunidad, los fraudes electorales y los altos índices de homicidios y criminalidad por los que atraviesa este País.
Y el mejor indicio de que ya no esperamos nada de nuestro sistema de justicia es la esperanza viva, el anhelo vehemente, de que desde España, Italia, Panamá, Guatemala, Texas, donde han caído nuestros políticos corruptos, se nos haga justicia, la justicia que en México ha dejado de existir.
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