Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos.
Emiliano Zapata
HEREJÍA POLÍTICA.-
Por: Luis Enríquez.-
El peor Seguro Social en décadas, tal vez de todos los tiempos, repercute hoy sobre las familias de los médicos y enfermeras monclovenses, que se enfrentan, sin otra arma más que la fe, a la invisible monstruosidad del coronavirus.

Tal vez, en esta ocasión habrán de perderlo todo; sin embargo, siguen ahí, en la línea de batalla. Alzaron las manos al cielo como si en éste hubiera algo más allá del hombre, algo o alguien que lo vigila y lo protege. Porque los médicos y enfermeras monclovenses no poseen otra protección más que la de Dios. Un Dios moderno, un Dios solo, un Dios sin representantes en la tierra.
Unieron sus manos, quebraron alcancías y arrojaron las plegarias. Compraron su propio equipo de protección, se arroparon con bolsas de basura e inservibles cubrebocas caseros. Y aún así, están ahí, de pie, esperando detener, por lo menos un instante, el colapso.
El gobierno federal, a través de sus innumerables dependencias ha demostrado su ineptitud, incapacidad e ineficacia en estos tiempos de crisis. Y el Seguro Social no es la excepción, hace agua por todas partes, como un barco viejo que está a punto de hundirse con toda su tripulación. A pesar de que dicha institución tiene por Secretario General a un coahuilense, a éste poco le importó ver cómo la hecatombe del Coronavirus convierte la ciudad de Monclova, y en especial la Clínica 7, en un pandemónium.
Ahora, médicos y enfermos que residen en “el Wuhan de México” imploran a la institución a la que pertenecen que los apoye, que les otorgue herramientas para enfrentar la catástrofe. Pero el Secretario General, pone oídos sordos y, otra vez, vuelve a darle la espalda a los suyos. Y esto parece que es costumbre en el sampetrino: Javier Guerrero es un personaje que se ha caracterizado siempre por traicionar.
Traicionó al PRI, quien lo hiciera alcalde de San Pedro, para coronar sus ambiciones personales y lanzarse como candidato independiente en 2017. En medio de esa campaña dejó “colgados” a sus seguidores para unirse a intereses panistas, de la mano de Guillermo Anaya, en el movimiento de “Coahuila Digno”.
Traicionó a Rosario Robles, quien fuera su jefa en Desarrollo Social en tiempos de Enrique Peña Nieto; es tan vil que llegó al grado de comparecer contra ella el pasado febrero, contribuyendo a las pérfidas venganzas de quien encabeza la llamada Cuarta Transformación.
Por último, hoy decidió traicionar a los médicos y trabajadores del IMSS en Coahuila, dejándolos a su suerte cuando en sus manos estaba la decisión de proporcionarles los insumos, los materiales y el equipo necesarios para salvar sus vidas y estar preparados para atender las demandas de salud de la población. Así, el Seguro Social, de la mano de Guerrero García, se resistió a colaborar por la salud de los monclovenses, a darles las herramientas necesarias para combatir la pandemia.
Las compras chuecas y centralizadas del Seguro, junto con los despidos, recortes y ocultación de información sobre el coronavirus en su infame transición por la clínica 7 del IMSS, ha repercutido en estos momentos en la salud de un pueblo entero, pues tan sólo en ese hospital se contabilizan 49 infectados y 2 médicos muertos.
¿Y cuántos más surgirán de este brote? No lo sabemos, pero no serán pocos.
Ahora salió a dar la poca cara que le queda el Director General del IMSS, Zoé Robledo, emitiendo un torpe mensaje y minimizando la tragedia que aún se vive en Coahuila.
¿Y por qué no da la cara Javier Guerrero?
Mientras el ex-priísta traidor sigue pensando en hacer campaña por la gubernatura con el dinero proveniente de las arcas centrales del IMSS, los trabajadores de la clínica 7 se han armado de trajes hechos con bolsas de plástico y, como modernos quijotes que irán a la llanura a combatir a los gigantes del virus, han orado, mirando al cielo, invocando el amparo de Dios. Porque ya sólo eso les queda.
Para los informados sabemos que eres:
Pasquín Chayotero MARS!