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La grilla en tiempos de cólera: Reyes y Guerrero, hasta romperse las medias

BAILE Y COCHINO


Por Horacio Cárdenas.-


El presidente de la república Andrés Manuel López Obrador es un tipo muy ocupado. En estos tiempos de teletrabajo, los que lo tienen, de cierre de oficinas públicas, de baja en la carga de trabajo, de despidos en prácticamente todos los sectores de la economía, obligados por la estrategia sanitaria de quedarse en casa para combatir la pandemia de coronavirus, el presidente López Obrador es la persona más ocupada en todo el país. Ah, ¿Quién lo iba a decir?, Andrés Manuel reviviendo aquella máxima demagógica de Luis Echeverría, de que el presidente tenía que ser el mexicano que más temprano se levantara cada mañana, y el que más tarde se fuera a dormir, en estos tiempos pandémicos que corren con rumbo a la catástrofe, el Peje es casi el único que a las siete de la mañana está de traje y corbata, el resto de la mexicanada, como en canción de Chava Flores, está de cuetes, crema y bata, por no decir pijama y pantuflas, hechos una piltrafa de fodonguería.


Las opiniones están divididas en torno al mensaje que como informe de gobierno rindió el presidente a la nación la tarde del domingo, algunos lopezobradoristas de hueso colorado de tan roído, dicen que se requieren agallas para plantarse delante de nadie en el patio de Palacio Nacional, sin un papel ni mucho menos un teleprompter, para hablar una hora de un plan que hasta ese momento ni sus más allegados sabían en que consistía, y que a partir de ya, a marchas forzadas, estarán tratando de sustanciar, para que parezca que, como lo de la preparación de la respuesta contra el coronavirus, ya se contaba con un plan amplio y completo, cuando ni siquiera se sabía que se iba a convertir en epidemia, mucho menos en pandemia de proporciones apocalípticas.

Otros por el contrario, citando el lugar común de siempre, el del solitario de Palacio, oscilan entre que el mandatario ha perdido la cordura, y que vive totalmente ajeno a la realidad, proponiendo planes económicos que, estos sí, utilizando sus mismas palabras hace siete años, nos están llevando al despeñadero.


Tanto si el presidente ve los periódicos, si revisa las benditas redes sociales, o si nomás acepta lo que le dicen sus incondicionales, lo cierto es que Andrés Manuel para lo que está es para concentrarse en cómo ganarle apoyo y soporte a un plan que de entrada no goza de ninguno de los dos, lo que menos quiere en estas circunstancias tan complejas, es que dos de sus empleados anden de la greña, poniendo una vez más de manifiesto, que la Cuarta Transformación y su encarnación en los seguidores de MORENA y el gobierno federal, es la proverbial cena de negros, que si no se aplacan, terminará por incendiar el local.

Ante pleitos de lavadero, porque no son otra cosa, hasta que molesten al presidente para que les ponga su “estate quieto”, equivale a incurrir en su ira, de cuyo desplante nadie saldrá bien librado, y no es que nos preocupen los politiquillos, sino los directamente afectados, que son de los que nadie se ocupa más que para llevar agua a su respectivo molino.


El sábado pasado apareció un video grabado profesionalmente, ¿Qué otra cosa podía uno esperar del director general del Instituto Mexicano del seguro Social?, en el que Zoé Robledo, con un chalequito cortado a medida, para dar la impresión de que en fin de semana está trabajando, pero con la galanura que debe tener todo junior de la 4T, se soltó diciendo que, en torno a lo ocurrido en el hospital de zona número 7 de Monclova Coahuila, la institución estaba haciendo todo lo posible, y aun mucho más que eso: que se había enviado un grupo de epidemiólogos especialistas, que se había atendido a los becarios con el cariño, con el cuidado, con el profesionalismo que el caso requiere, considerándolos como son, unos auténticos héroes, y dos que tres ya mártires de los denodados esfuerzos del gobierno de la República, ese que se cansa gansa, a favor de quienes integran su primera línea de resistencia contra la maligna enfermedad… ¿de veras alguien se cree eso?, los becarios, los residentes son poco menos que basura en la estructura jerárquica del Seguro Social, ¿pues no el mismísimo presidente López Obrador decretó recortarles el monto de la ya de por sí exigua beca que percibían todavía el último año del sexenio de Enrique Peña Nieto a la mitad, dejándolos con mil ochocientos pesos o menos?, de los pobres, y no es burla el mote, becarios, le podemos asegura que el 80% de los trabajadores y directivos del IMSS Monclova ni siquiera sabía los nombres de los famosos becarios, ¿y esperan que alguien se trague eso de que les proporcionaban todo el equipamiento de protección personal para trabajar, si no se lo dan a los médicos de planta, a las enfermeras jefe de servicio, a los químicos, lo van a desperdiciar en pasantillos?


Eso fue el sábado, ya para el domingo, en una grabación pixeleada y espontánea, totalmente improvisada, al grado que se escucha más el tránsito de los carros y camiones que lo que está diciendo, el superdelegado del gobierno federal en Coahuila, Reyes Flores Hurtado, se lanza a contradecir punto por punto lo que dijo Zoé en su video. El también iba de chalequito color marrón MORENA y como lo reportaron algunos medios no muy afines a la 4T en se advocación coahuileña, Reyes salió de debajo de su piedra para contradecirse a sí mismo, ¿pues no había estado hace algunas semanas en la clínica 16, allá en Torreón, para decir que era mentira lo que decía el personal médico y de enfermería, que era falso de lo que se quejaban los derechohabientes, de que no había medicamentos ni insumos para la atención mínima, que no se habían reprogramado ni cancelado las cirugías… y eso todavía antes de que tronara el cuete de la pandemia de coronavirus, era por los pacientes de cáncer que habían tomado las calles para protestar por el pésimo trato que les da el IMSS.


Zoé, compañero frecuente de los paseos presidenciales de fin de semana, en esta ocasión pensó que con su video desde su modesta oficina de director general dejaba zanjado el asunto de la Clínica 7 de Monclova, sí seguirán brotando contagiados como si fueran hongos, eso entre los derechohabientes, sí seguirá habiendo lamentables muertes entre estos y personal sanitario, contagios que no debieron ocurrir desde el primer momento, si dispusieran de los elementos mínimos para laborar con seguridad. Esa historia del trailero que contagió primero a un médico, luego a un anestesista, y luego a quien sabe cuantos más, sin que nadie hubiera hecho mayor cosa para cortar la cadena de contagio, casi, casi daría sustancia a la acusación del doctorcete Alejandro Cantú López, de que todo fue porque sus colegas son unos cochinos que no se lavan las manos ¿pues con qué jabón, mi buen líder?, ni para Escudo de doce pesos la barra tiene el seguro en Monclova.


Pero lo que importa, el pleito no es barato ni gratuito, es una pugna de poder que se celebra en el ring de los cuerpos de los muertos e infectados, entre el superdelegado, y no necesariamente el director general del IMSS, sino su secretario general, el inefable Javier Guerrero García, quien trepado en ese cómodo puesto y todavía más cómodo presupuesto, se hacía ya con la candidatura de MORENA al gobierno de Coahuila en la bolsa.


Reyes lo menos que dijo es que era había negligencia en el funcionamiento del IMSS, que tenía a Coahuila abandonado, que él ya había informado de esto al presidente López Obrador, para que tome cartas en el asunto. Y uno no puede menos que preguntarse ¿y a quien le hará más caso Andrés Manuel, repetimos, el hombre más ocupado y preocupado de México, a su consentido Zoe, o al sátrapa de los linderos del imperio, Reyes?, nosotros por lo pronto creemos que a los dos, y a Javier Guerrero de pasada, los pondrá de patitas en la calle, para que ahora sí, no se rindan hasta que terminen de romperse las medias.

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