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Mientras MÁS pobres mejor… para López Obrador

HEREJÍA POLÍTICA

Por: Luis Enríquez.-

El asistencialismo acelerado y el abandono a los pequeños y medianos comercios son una muestra de la psicopatía tiránica del presidente: nos quiere a todos pobres. 

Eliminar a la clase media, dadora de empleos y base de este país, no es un acto desintencionado, sino más bien todo lo contrario.

La eliminación de esta clase tampoco es cosa sencilla. Desde los inicios de la república y la democracia, este sector social se ha caracterizado por ser el único que ha tenido el poder para derrocar tiranos, descobijar a corruptos mandatarios, repercutir en la opinión pública, mover a las masas e impedir, de manera constante, que los más ricos y poderosos se lo lleven todo. López no es el primero ni será el último que recrimina a este estrato social, y de una vez se los digo, ningún maligno mandatario ha salido avante en tan azarosa lucha.

Los profesores, los académicos, los médicos, los científicos, los comerciantes, los artistas y los pensantes que radican en este nicho son siempre la chispa que prende los movimientos sociales. Es por ello, que López ha visto en la crisis una oportunidad para ‘desaparecer’ a sus más peligrosos adversarios. 

Con el inicio de la crisis, para nada transitoria, muy pronto muchos de nosotros perderemos los pocos privilegios de educación, de cultura y sobre todo de crecimiento, tanto económico como intelectual. 

Los clasemedieros, en nuestra transición a la pobreza, nos convertiremos en clientes del tan odiado asistencialismo, probaremos las ‘mieles’ del abominable ‘Plan Marshall’, que irán a parar, porque ya lo hacen la mayoría de las veces, a los vicios, las apuestas y las cantinas. 

Aunque en realidad, eso poco le importa a López. Porque él no quiere gente pensante, lectora, analítica y autosuficiente, él quiere ninís, quiere ignorancia, quiere fanatismo, quiere pobreza; porque de eso se alimenta su perversa y repulsiva cuarta transformación. 

Tras el ‘mensaje fallido’ emitido el día de ayer, miles de periodistas, actores, actrices, escritores, comediantes y demás figuras públicas arremetieron con fuertísimas críticas a la figura presidencial, a quien acusan de soberbio, ignorante, necio, intrascendente, decepcionante, obstinado, obcecado, apático, populista y otro centenar más de adjetivos despectivos. Porque ellos son la voz de alarma, sólo la clase media logra vislumbrar la tormenta que se avecina.

No nos queda de otra más que irnos preparando para perder los privilegios que, a lo largo de los años y con esfuerzos descomunales, hemos ganado. Tendremos que prepararnos para sufrir hambre, desigualdad y miseria.

Y quién sabe… ya pobres, desesperados y en la pepena, en una de esas… hasta votamos por Morena. 

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