Parras de la Fuente, Coah., 10 de abril 2020.- “El pendejo del párroco y la pinche iglesia con qué cara dicen eso si ellos cada día/semana vacunan a la gente con la limosna y el diezmo y la verdad es que han apoyado más que puuuuura madre”, así respondió el alcalde Ramiro Pérez Arciniega a la denuncia de su incapacidad y mal gobierno hechos públicos por el cura de Santa María de las Parras, José Antonio Ávila
En un hecho que causó el malestar generalizado de los parrenses, el edil, utilizando a sus subalternos y “entenados”, lanzó la agresión verbal contra el representante de Dios que recriminó su acción de suspender la procesión de las 15 estaciones, justo cuando estaban por llegar a la quinta estación, en el templo de Guadalupe.
Ahí, por órdenes de Pérez, se apersonó Juan Manuel Parra Gallardo, Director de Protección Civil de Parras para cancelar esa actividad, porque el cura estaba incitado a la aglomeración y las reuniones multitudinarias.
Sin embargo, el párroco solo buscaba que la gente tuviera un acercamiento a la fe desde las puertas de sus casas y a través de las redes sociales. Consideró que Pérez actuó de mala fe porque fue informado de las actividades que realizaría la Iglesia, respetando las recomendaciones sanitarias.
Ante esa acción, el sacerdote dijo “Es increíble que en Parras de la Fuente, un pueblo mayormente católico se cometan este tipo de arbitrariedades atentando contra la libertad de culto y la libertad de expresión pues a todas luces se ve que esta agresión a la Iglesia Católica, es meramente un revanchismo por la carta abierta que di a conocer”.
En esa carta, el sacerdote aseguró, entre otras cosas que: “el Presidente municipal ha dejado mucho que desear: no decretó el cierre oportuno de comercios de actividades no esenciales, ni la vigilancia de los comercios expendedores de alimentos, para que sea solo y nada más para llevar, ha sido nulo el apoyo a las instituciones educativas para la educación distancia, no se ha realizado por los medios al alcance la promoción activa de la sana distancia, ni la provisión de geles y cubre bocas; tampoco el estratégico y fundamental control del ingreso a Parras, etc”.
“Así como Jesús fue castigado, así está siendo castigado el pueblo de Parras. Un mal gobierno es un castigo, y no lo digo porque nos suspendieran el viacrucis, sino por lo que dice la gente, por lo que vive la gente”, explicó.
Y entonces provino la cobarde respuesta del alcalde Pérez, que sin dar la cara utilizó a sus testaferros para defender el saqueo que realiza a las arcas municipales y que es de lo que menos debe hablar la Iglesia porque el cura cada día/cada semana vacuna a la gente.
Apoyo total a Ramiro Pérez, la iglesia vive de la gente pero no aporta cuando la gente lo requiere ¿pero que tal las remesas que recibe el vaticano?
Hay un dicho que dice: El león cree que todos son de su condición. Y otro que dice: Al buen entendedor, pocas palabras. Tengan un fin de semana bonito.