BAILE Y COCHINO…
por Horacio Cárdenas.-

Hay políticos que pasan por la escena política sin pena ni gloria. Bueno, no que no hagan cosas buenas y cosas malas por las que son recordados con agradecimiento o con escarnio, dependiendo de que la gente se haya o no dado cuenta de su proceder, no, nos referimos a otra cosa, a que durante su carrera política y como servidores públicos, tengan un chispazo de ingenio, que al ser recogido por los cuates, los analistas, los enemigos o los periodistas, pase a formar parte de lo que se llama las reglas no escritas del sistema político mexicano.
Allí donde lo ve, el sistema existe y no solo eso, también tiene un corpus de conocimientos, ordenamientos, mandamientos y hasta pecados capitales, que si se violan, pueden dar al traste por supuesto con una carrera política prometedora, pero también con el equilibrio de fuerzas en un determinado momento del devenir histórico de la sociedad de la que se trate.
Como gran académico del sistema político mexicano y hasta como mártir de él mismo, se suele reconocer a César El Tlacuache Garizurieta, político y diplomático veracruzano autor de entre otras frases geniales, la de Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, o la de La ignominia antes que la renuncia, y en efecto, cuando vivió fuera de las nóminas oficiales se terminó suicidando… Pero no renunció.
Entre los coahuilenses que aportaron a las reglas no escritas del sistema recordamos con cierto sonrojo la tristemente célebre roqueseñal, que Humberto Roque Villanueva llevó de los más bajos estratos del populacho mexicano, a la máxima tribuna de la Cámara de Diputados, la roqueseñal se utiliza desde entonces cada vez que el gobierno se abrocha, y disculpe el coloquialismo, al pueblo, específicamente con el cobro o el aumento de impuestos.
Ahora el gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme Solís se ha venido revelando como un auténtico ideólogo del sistema político mexicano, y no nada más por lo que se le ha ido atravesando, como el caso de Eliseo Mendoza Berrueto que pasó a la historia al llamar a sus gobernados pinches coahuilenses enredosos, sino como respuesta bien pensada a lo que ha enfrentado.
Así nos llevamos los coahuilenses, le dijo Miguel Riquelme a Andrés Manuel López Obrador, en un evento en el que las hordas morenistas se portaron como canallas, ante la sonrisa burlona del presidente, que disfrutaba esas cosas como enano.
Puro pedo, comentó Riquelme a la gran idea que estaban manejando hace meses de bombardear las nubes para combatir la sequía, y que según el gobierno y el ejército había funcionado para apagar el incendio de La Pinalosa hace un año.
Bueno, pues ahora Riquelme se inscribe de lleno entre los ideólogos del sistema político mexicano con su reflexión de que “Unos van y otros llegan, unos se van sin canicas y otros llegan por las canicas…”, refiriéndose no nada más a la sucesión en el puesto que ocupa, sino a la grilla que hay en todos los niveles del partido, las amenazas de unos de irse, los coqueteos de otros por llegar.
Así puesto, parece mas una parábola de esas que se tardan milenios en tratar de averiguar que dijo. En este caso afortunadamente no lo dejó el gobernador a la interpretación… Unos se van sin canicas, a los que andan en eso el mensaje es duro y a la cabeza, otros llegan por las canicas, igual ¿Que cifrado ni que cifrado? Y la conclusión: no pasa nada… A buen entendedor…
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