La gran mafia del poder en la Secretaría de Educación de Coahuila quedó al descubierto al conocerse la entrega de plazas de maestros a personas que no tienen nada que ver con el sector magisterial, una de ellas hijo del actual titular de esa dependencia José María Fraustro Siller, quien ya fue integrado a la nómina de educación Superior pese a que apenas cuenta con estudios de educación secundaria.
La entrega de plazas a los familiares del Secretario de Educación fue ordenada por él mismo, según versiones provenientes de las mismas oficinas de la Secretaría de Educación, una de ellas controlada por Isela García y otra, la de su departamento de empleo que controla Apolinar Soto.
Conforme con versiones extraoficiales, fue el mismo Secretario de Educación quien giró órdenes de que en cuanto se jubilara alguna persona de educación superior le proporcionara esas horas a su hijo Mario Fraustro, como así ocurrió. Tras la jubilación de un maestro, las horas libres que serían asignadas a una profesora y dos conserjes, mismos que por medio del sindicato ya habían metido papelería con la señora Gisela para que verificara cada uno de los documentos, inclusive el representante sindical hasta les dio fechas a los beneficiarios para empezar a gozar de las horas que se les proporcionarían.
Sin embargo, al cuarto para las doce, hubo una contra orden del secretario de Educación José María Fraustro Siller y, pasando por encima de la titular del Instituto Estatal Desarrollo Docente e Investigación Educativa (IDDIE), Margarita Loera, decidió hacer a un lado a los trabajadores que serían beneficiados bajo la argucia de que no llenaban el perfil.
Los perjudicados pusieron el grito en el cielo al enterarse de que fue al hijo del exrector de la Universidad Autónoma de Coahuila a quien se le entregaron esas horas, que ellos esperaron por años, y nadie sabe, hasta ahora, cuál es el perfil del pariente directo de José María Fraustro Siller, pero lo que si pueden afirmar es que no cumple con los requisitos, como dice la señora Gisela, para ocupar un puesto en educación superior, mucho menos en el IDDIE, dependencia que desde el sexenio pasado se ha convertido en un lugar para proteger a parientes y amigos, incrustándolos en la nómina magisterial sin ue tengan necesidad de recurrir a cumplir con sus horarios.
De esta manera, lo que con anterioridad era un centro para capacitar a los maestros a fin de que estuvieran presentes en la carrera magisterial ahora se encuentra totalmente desvirtuado, y conforme a su nómina, aparecen ingenieros agrónomos, secretarias, licenciadas, ingenieros industriales y técnicos en sistemas, parientes, amigos y amigos de los amigos, entre otros. Del total de trabajadores de esa dependencia de educación superior, solo un escaso ocho por ciento, que parece mucho, pertenecen al área educativa y, junto con Margarita Loera, su actual directora, intentan sacar los compromisos de trabajo que se presentan para mejorar en Coahuila la calidad de la educación.
Pero, lea el próximo ejemplar del semanario El Demócrata. Aquí diremos y comentaremos sobre los personajes de la política coahuilense, del actual sexenio y del pasado reciente, que se encuentran en la nómina del IDDIE y de otras instancias de educación superior y, lo más grave, que cobran sin presentarse a trabajar. Porque no sólo el secretario de Educación José María Fraustro ha metido en la nómina de esta dependencia a sus familiares, sino que decenas de funcionarios están haciendo lo que quieren con las instituciones de educación superior en materia educativa.
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