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Este afán de agredir a LA FAMILIA

*** Dividir a la sociedad y vengarse de ella (de quienes le han servido y quienes le dieron el privilegio de servirles), dándoles en donde más les duele (la salvaguarda de LA FAMILIA) solo es agua de bilis y conducta en mentes torcidas.-

Los cimientos de la familia coahuilense son agredidos por leyes dictadas por una mente maliciosa.
Los cimientos de la familia coahuilense son destruidos por leyes dictadas por una mente maliciosa.

Con bombo y platillo se difunde desde hace semanas la nueva “Ley de la Familia” que el Gobierno de Coahuila promulgó en la víspera del insulso IV Informe. Pero miren que incongruencia: Llamar “ley de familia” (y lo escribo en minúsculas por la aberración) y en sus letras incluir la pensión para las concubinas (para las amantes), es solo digno de una mente maliciosa y de una personalidad tan insegura que ve en la división (hasta de la sociedad que lo llevó al poder) su única posibilidad de salida limpia y la oportunidad de venganza por el repudio.

“Salida limpia” porque ante una comunidad electoral, dividida, se puede intentar repetir la manipulación del voto de las últimas dos elecciones (para imponer a uno de los mismos en la gubernatura, y así, asegurar tres sexenios moreiristas), donde amén del hartazgo y la indignación por la corrupción, la impunidad, las mentiras y la soberbia con que se gobierna; la marca de la casa se imponga. Se imponga ante una sociedad molesta por la forma de gobernar, y reclamante de los excesos y la evidente riqueza del grupo gobernante, en muy especial sitio, la del gobernador.

Y “venganza”, porque apelando hipócritamente a los derechos humanos de las “pobres concubinas”, se premia el concubinato, que aunque sea o no una evidencia del comportamiento humano (tema y realidad, que en este gabinete estatal se conoce muy bien), atenta contra la unidad familiar y contra LA FAMILIA, base de la sociedad. Sabe bien el gobernador que, la de Saltillo y la de Coahuila, aunque, humanas y falibles, son sociedades tradicionales, que LA FAMILIA, es algo sagrado y que quien atente contra ella (sea quien sea, se apellide como se apellide, se venda “malo o malote”) pagará las consecuencias. El repudio aumenta ya en las calles. Pero, otra vez lo digo, ocupados en los negocios, desoyen al pueblo. “La raza paga, la raza manda”, dice un vecino famoso. ¡La sociedad merece respeto señor Rubén Moreira!

Pero eso, no es todo: la reluciente mente supuso que las familias querían que sus hijos no pudieran casarse antes de los 18 años. Y claro, obediente a la voluntad popular, legisló que se prohibía estas uniones tempraneras. Lo cierto es que nadie le pidió y como siempre a nadie se consultó. La ocurrencia predominó en el criterio del voluntarioso Congreso del Estado, “amante de LA FAMILIA”.  Ahora, los padres que ven, que el remedio ante las calenturas humanas de su hijos, es casarlos a tiempo (antes de embarazos no deseados, de los abortos tan deseados por la autoridad constituida, y del sexo sin control y sin atención médica preventiva) sea una solución legal, ante Dios y los hombres, pues ya no se va a poder. Ya tenemos “ley de la familia”.

No tengamos, señores, tan mala memoria. Hace poco, otra Ley se cocinó en el obscuro túnel que une hoy, por lóbregos pasillos subterráneos, al “Palacio Rosa” y al “Honorable Congreso”. Esta Ley (luego de una tan extensa consulta popular… que nadie vio ni oyó), se fomentó la unión de homosexuales. Si, una ley que no solo tolera, sino que promueve el paraíso gay de Coahuila, dando el privilegio jurídico a una minoría (con derechos) pero no representativa que hoy tiene una “ley a modo”, que está sobre los intereses legítimos de una sociedad mayoritaria, que grita a su gobernador: ¡NO ATENTE CONTRA LA FAMILIA!

¿Ya recordaron?, más oscuro, en los adentros de la “ley gay”, se incluyó (a espaldas de la sociedad)  la aprobación de “las adopciones entre homosexuales, en Coahuila”. Y no, no es homofobia ni es intolerancia. A nadie se persigue diciendo que no debe legislarse a capricho de minorías ni a voluntad de afanes contra LA FAMILIA. El reconocimiento de los derechos de las personas del mismo sexo que deciden unirse, ya estaba concedido en el “Pacto de Solidaridad”. La ampliación complaciente, es propaganda mañosa.

Adoptar niños por homosexuales, tener la ley del aborto y la de la renta de vientres en la mesa del líder del Congreso; evitar los matrimonios tempranos, promover las bodas entre homosexuales, incluir la pensión y derechos de las amantes en una ley de la familia, explica con claridad “Este afán contra LA FAMILIA”.

Dividir a la sociedad y vengarse de ella (de quienes le han servido y quienes le dieron el privilegio de servirles), dándoles en donde más les duele (la salvaguarda de LA FAMILIA) solo es agua de bilis y conducta en mentes torcidas.

Dios proteja a LA FAMILIA Coahuilense, hasta de nosotros mismos.

agpconsultor@gmail.com

2 thoughts on “Este afán de agredir a LA FAMILIA

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  1. Y no se ponen a pensar q quiza el hombre traidor y manipulador ya q traiciona y manipula a 2 a la vez o quiza mas tendra mas cuidado y pensara 2 o mas vecez lo que hará pues ya tendra consecuencias q a el mismo le perjudicara y otra no divide mas a la familia el echo de una traición pues con ley o sin ley una traición de esas muchas no perdonamos y es el fin de una familia unida

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