En esta ocasión, no sería descabellado pensar que la decisión final sea tomada por el Presidente de la República, toda vez que Rubén Moreira no goza de las simpatías del Presidente Enrique Peña y sea finalmente éste último, quien imponga en algún momento al candidato o candidata al gobierno de Coahuila.
La carrera por la gubernatura de Coahuila, ha comenzado junto con este nuevo año. Los nombres empiezan a figurar en la palestra política. Se vislumbra un futuro poco alentador para el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En esta ocasión a diferencia de las anteriores, Rubén Moreira lleva la voz de mando en lo que a proponer candidatos se refiere, pero… ¿realmente su estrategia será la óptima para que ocurra algo especial en la elección de su sucesor?
Los nombres se ven que aparecen a diario en medios informativos y estos también se escuchan dentro de la cúpula priista, tales como Miguel Ángel Riquelme Solís, quien es el caballo negro que saldrá por la puerta uno, con miras hacia la meta.
También se nombra a Armando Luna Canales, quien se cree que también puede tener la misma oportunidad que Riquelme, aunque alguno de los dos puede declinar en sus aspiraciones pues sin duda, los dos son los preferidos de quien gobierna a Coahuila con energía.
Sin embargo, también hay otros nombre que han salido a la luz en las últimas fechas tales como Yericó Abramo Masso, Tereso Medina Ramírez, Javier Guerrero García, Hilda Flores Escalera y Álvaro Moreira Valdés todos ellos aspiran a gobernar al este bello estado norteño bajo la sombra del partido tricolor y sus partidos aliados.
Cada uno tiene la misma oportunidad de alcanzar la candidatura, toda vez que el PRI, instale su consejo político, mismo que será el que elija al sucesor de Rubén Moreira, siempre y cuando de manera “democrática” se ponga de acuerdo el pleno del consejo, pues de otra manera se impondrá la llamada “ley de Herodes”, en la que de manera directa, sale designado el candidato “oficial” del dedo del gobernador.
Aunque hay quienes aun piensan que la figura del “tapado” existe en nuestros días, figura que por dos sexenios presidenciales había quedado de lado dentro del tricolor partido, pues fue el tiempo que fueron oposición al Partido Acción Nacional (PAN), partido que gobernó a México del 2000 al 2012.
En esta ocasión, no sería descabellado pensar que la decisión final sea tomada por el Presidente de la República, toda vez que Rubén Moreira no goza de las simpatías del Presidente Enrique Peña y sea finalmente éste último, quien imponga en algún momento al candidato o candidata al gobierno de Coahuila.
Los nombres que pudieran ser los posibles candidatos a la sucesión de Rubén Moreira son pocos, pero sin duda quien pudiera en cierto modo ser la contra parte a todos los anteriormente mencionados es, María del Rosario Robles Berlanga, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), al ser originaria de la Villa de Arteaga, Coahuila.
Robles Berlanga, fue presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de los años 2002 al 2003, jefa de gobierno del Distrito Federal del 1999 al 2000 renuncia al PRD en el año 2010 y se une a la campaña de Enrique Peña Nieto en el año 2011 y en el año 2012, es nombrada como Secretaria de Desarrollo Social.
Sin duda esta puede ser la primera vez en doce años que el PRI en Coahuila pueda recibir órdenes expresas desde la Residencia Oficial de los Pinos, para que se defina de manera unilateral a quien gobernará Coahuila en el periodo 2017-2023.
Tal parece que la renovación en Coahuila del Gobernador no está del todo definida por Rubén Moreira y sus posibles precandidatos, mismos que deberán esperar para hacer pre campañas en los tiempos establecidos por la ley electoral.
Sin duda, el único perjudicado en caso de que esto suceda, será el alcalde de Torreón, Miguel Ángel Riquelme Solís, ya que es el favorito de Rubén Moreira y también de alguna manera, el gobernador saldrá perjudicado por la decisión que pudiera tomarse desde la capital del país.
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