El mejor bateador latino de cualquier época, que ha mostrado su grandeza en ligas mayores, lo es sin duda alguna el formidable mago del tolete, Rod Carew, héroe nacional de Panamá y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown desde 1991, Quizá para muchos aficionados existan otros peloteros del sur del Río Bravo o del Caribe que por méritos indiscutibles ocuparían ese sitio, pero si nos concretamos a la frialdad de los números, nadie mejor que el formidable panameño merece con toda justicia tan honrosa distinción.
Rod ingresó al Nicho Sagrado de los Inmortales del beisbol al cumplirse exactamente los cinco años de su retiro, como lo establece el reglamento del Salón de la Fama para ser elegible. Los cronistas y aficionados de AQUELLOS TIEMPOS, estaban seguros que el fabuloso pelotero que obtuvo el título de Novato del año en 1967, tenía un lugar reservado en la pintoresca villa, donde según los investigadores del “Rey de los Deportes”, se jugó por primera vez, hace más de siglo y medio el deporte que apasiona como ningún otro a los norteamericanos.
Carew nunca jugó en una serie mundial, no obstante que los equipos en los que militó: los Gemelos de Minnesota primero, y luego los Angelinos de California, llegaron a disputar el derecho de ir al Clásico de Otoño en dos ocasiones cada uno. No estuvo pues, en un conjunto ganador y por eso resalta más su grandeza. Fue un bateador al que respetaron todos los lanzadores a los que se enfrentó.
El grandioso panameño era un mago con el bat en la mano. Parecía tener un radar que detectaba cada lanzamiento que pasaba por el plato de bateo y sus músculos respondían sincronizada mente al conectar sus tremendas líneas por todos los rumbos de los parques de pelota. Los fanáticos se emocionaban con su juego y siempre lo tuvieron entre sus favoritos; porque además, el centroamericano, durante toda su carrera fue ejemplo caballerosidad dentro y fuera del terreno.
Desde la época del Ty Cobb, ningún bateador había despertado un comentario tan exagerado como el que expresó un manager para detener el consistente bateo del “Durazno de Georgia”. En aquel entonces, eldirigente dijo a sus jugadores: “cuando Cobb batee, el que atrape la pelota, que la lance inmediatamente al plato, éste alocado jugador sin duda que tratará de llegar allí y lo pondremos fuera”.
De Rod Carew, el prestigiado cronista del periódico Ángeles Time, Jim Murray escribió en alguna ocasión: “La única forma de evitar que conecte, y con serias dudas, es que el serpentinero lance hacia tercera base y no al plato de bateo” Yagregaba muy serio: “Carew es capaz de acertarle con sus batazos a un mosquito que pase volando por los jardines o colocar como con la mano un roletazo entre el hueco de la tecera base y el short stop”. Palabras más , palabras menos, el especialista en crónicas beisboleras describía lo difícil que era poner fuera al habilidoso panameño.
Carew conquistó el título de bateo de la Liga Americana en siete ocasiones, hazaña que solamente lograron grandes jugadores como Rogers Hornsby y Stan Musial y que en toda la historia del deporte solo han superado Ty Cobb Y Houns Wagner, los dos más grandiosos bateadores de principios de siglo.
Además, el panameño tuvo porcentaje superior a los 300 puntos en 17 temporadas, 15 de ellas en forma consecutiva, lo que da un ejemplo claro de su consistencia con el tolete. En 1977 los cronistas deportivos lo eligieron el Jugador más Valioso de su liga. Participó en 17 juegos de estrellas en forma consecutiva y acumuló un porcentaje global de por vida de 328 milésimas que lo colocan entre los mejores chocadores de todos los tiempos.
Superó la cifra mágica de los 3000 imparables al conectar 3 mil 53 hits. Disparó 445 cuadrangulares antes de colgar los spikes y envió al plato más de mil carreras.
Red Carew nació en la región de Gatum, cerca del canal de Panamá y desde su infancia mostró grandes cualidades para jugar al beisbol, sobre todo tenía una especial habilidad para conectar batazos de todos tamaños y por todos lados del campo de juego. Fue un excelente tocador de pelota y convertiría en hit cualquier roletazo lento que conectaba dentro del cuadro.
Carew fue un auténtico perfeccionista del bateo. Hay quienes hacen comparaciones entre el panameño y el más inmenso puertorriqueño Roberto Clemente. Ambos han sido lo más grandioso que los países latinos han aportado al mejor beisbol del mundo. Cada uno tiene su lugar y no caben las comparaciones. Muchos podrán decir que Clemente fue más completo, y estarán en lo cierto, pero asimismo, muchos aficionados y conocedores del deporte sostendrán que Rod Carew logró mejores records y también estarán en lo cierto, además, cuentan con el respaldo absoluto de los números que no mienten.
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